El compromiso adquirido por la Región del Biobío en la COP 27, desarrollada en Egipto en noviembre, ya tiene cuerpo y se prepara para dar sus primeros pasos. Eso después que el 8 de junio pasado el Consejo Regional aprobara el proyecto Gobernanza para hoja de ruta hacia la carbono neutralidad del Biobío 2050, abordando así la necesidad de sistematizar las iniciativas para hacer frente a los efectos del cambio climático global.
La agenda, impulsada por el Gobierno Regional y que será ejecutada por el Instituto Profesional Virginio Gómez, busca orientar las acciones del sector público, de los privados y la sociedad civil. Para ello, en un plazo de 24 meses, trazará una ruta hacia la neutralidad de carbono y la resiliencia regional para el año 2050.
Blas Araneda, jefe de la División de Planificación y Desarrollo del Gobierno Regional, explicó que el programa se hace cargo de los lineamientos de la Estrategia Regional de Desarrollo de un crecimiento sostenible para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, considerando la sistematización de distintas acciones en desarrollo, como la agenda de electromovilidad o los incentivos a la economía circular. «Pone a la región en un camino del desarrollo sostenible sin arriesgar a las generaciones futuras», sostuvo.
Desde el Consejo Regional, la presidenta de la Comisión de Medioambiente de dicha instancia, Ana Araneda, planteó que «esta agenda va a permitir que la Estrategia Regional de Desarrollo tenga distintas miradas pensando en el bien común de todas las personas de la Región del Biobío».
Academia y sociedad civil
La noticia de la aprobación de la Agenda de Carbono Neutralidad 2050 no dejó indiferente a los actores involucrados con el cuidado del medioambiente desde el mundo académico.
Por su parte, el doctor Ricardo Barra, director del Centro Eula de la Universidad de Concepción, destacó que se haya dado un primer paso que permita avanzar en otras medidas que vayan en la misma línea. «Se requiere establecer mecanismos efectivos de colaboración entre el sistema público y privado y el gran potencial académico de la región, sin dejar a nadie atrás (…) Una mirada integrada nos puede acercar más rápidamente a alcanzar esta nueva y ambiciosa estrategia, la colaboración y confianza son claves», expresó.
En una línea similar, el doctor Roberto Urrutia, decano de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción, valoró la aprobación e instó en seguir avanzando en políticas de este tipo, relevando medidas de adaptación al cambio climático.
«Prepararse desde el punto de vista de la ocupación de las zonas costeras, por ejemplo, siendo conscientes del ascenso del nivel del mar, o de los cambios que se están produciendo en la disponibilidad de recursos hídricos y que están afectando a la producción agrícola. Por lo tanto, de ahí la necesidad de seguir avanzando en la concientización, educación ambiental y desarrollo de políticas públicas en esta materia», indicó.
Con una inversión cercana a los $900 millones de pesos, este proyecto formará a cerca de mil líderes regionales en la materia. También conformará una gobernanza, monitoreará indicadores clave, analizará políticas y proyectos regionales relacionados, además de elaborar una batería de iniciativas de inversión. En ese marco, cincuenta Mipymes serán asesoradas para facilitar su certificación ambiental y cien personas de la región obtendrán certificados de la Red Iberoamericana de Medio Ambiente.