Javier Milei, el actual Presidente de Argentina, es un fenómeno reciente de la política que llegó para romper esquemas. El 19 de noviembre de 2023 se impuso en el balotaje contra el exministro de Economía Sergio Massa y logró irrumpir en los espacios dominantes, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio.
El estilo provocador del economista y algunos rasgos excéntricos de su personalidad, lo llevaron a acaparar miradas en varios puntos del planeta.
Mientras los argentinos se adaptan a esta nueva forma de gobernar, tres chilenos residentes en Buenos Aires nos cuentan cómo han vivido la llegada al poder del autoproclamado líder “liberal libertario”.
“Aquí quiero vivir”
“Ésta es la ciudad en que quiero vivir”, dijo Jacqueline Burgos cuando tenía 15 años y estuvo por primera vez frente al Obelisco. A pocos segundos de iniciada esta entrevista, aparece la determinación como un rasgo anclado en su carácter. Dicho y hecho: lleva más de tres décadas instalada en la capital argentina, dejando al otro lado de Los Andes su natal Laja, una pequeña comuna que dista mucho de la efervescencia de la gran ciudad.
Boca Juniors y la Medicina son sus pasiones. La primera está a la vista: vestida con la camiseta del club de Maradona cuenta que va a la Bombonera cuando las guardias de emergencia de los fines de semana –a 150 kilómetros de Buenos Aires– lo permiten; y la segunda la llevó a estudiar en una de las universidades más prestigiosas de Sudamerica.
Mientras espera el vuelo de retorno en el Aeropuerto Carriel Sur, Jacqueline comenta que se tituló en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y valora el regimen gratuito, que forma uno de los pilares fundamentales del sistema de educación superior del país.
Actualmente, existen 62 universidades y cinco institutos universitarios públicos. Según la Ley Nº 24.521 de Educación Superior, el Estado nacional o provincial, son los responsables “de proveer el financiamiento, la supervisión y fiscalización de las universidades”.
Un financiamiento que, por estos días y al igual que muchas cosas en Argentina, está entre la espada y la pared. A fines de abril hubo manifestaciones en la UBA. El nudo del conflicto es la decisión del Presidente Javier Milei de mantener el presupuesto nacional de 2023, pese a una inflación interanual de casi 288% en marzo. Estudiantes y docentes se niegan a que la “motosierra” de recortes alcance a la universidad pública.
“Yo creo en las personas, ya no creo en la ideología”, dice la médica que está terminando su especialidad en Psiquiatría. Para ella, el hartazgo y la necesidad de un cambio fueron trampolín para que Milei se instalara en la Casa Rosada en diciembre pasado.
Jacqueline trabaja en el Hospital de Clínicas de la UBA, emblema de la salud pública argentina que fue reconocido como uno de los mejores del mundo, y el mismo que por la baja del presupuesto, redujo las cirugías y funciona a menos del 40%.
“Nosotros vivíamos en una Argentina que no era la real”, cuenta y alude a los subsidios a servicios como la energía y el transporte, que ya experimentaron disminuciones.
Y es que el paquete económico de Milei incluye una reducción del Estado y la paralización de obras de infraestructuras financiadas con fondos públicos que no hayan comenzado.
La motosierra y la licuadora
Cristian Valdebenito Albornoz es otro chileno que llegó a las aulas de la UBA para formarse como médico.
Desde el segundo piso de un café ubicado en la Plaza del Congreso, dice que “acá uno está acostumbrado a la incertidumbre”, y no es para menos. Un estudio de la Universidad Católica Argentina estimó que la pobreza en enero superó el 57%.
Antes de ser electo Presidente, Milei –cumpliendo su faceta de economista libertario–, anunciaba “reformas de shock” para sacar a flote al país. Con ello, proponía “reducir el gasto público en distintas materias, generar déficit cero, aumentar las reservas del Banco Central, intentar controlar la inflación y ahorrar a partir de lo que proponía como motosierra y luego se sumó la licuadora”, recuerda el penquista radicado en Buenos Aires desde 2016.
Milei ganó fama durante la campaña por usar una motosierra, símbolo de cómo arrasaría con el gasto público y ofrecía una solución drástica: cortar el gasto excesivo para llegar al “déficit cero”, calificado como su principal meta de gobierno. Para ello, redujo a la mitad los ministerios y secretarías, frenando nuevas obras, recortando subsidios y gastos en publicidad institucional y eliminando las transferencias discrecionales a las provincias.
No sólo eso. También apretó el botón de la licuadora, su principal herramienta de ajuste. Emitió un decreto para que este año se aplique el mismo Presupuesto que en 2023, haciendo que las partidas presupuestarias queden por debajo del índice de inflación, y su apuesta más contundente fue quitarle la mitad de su valor al peso contra el dólar, lo que hizo desplomar el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones.
“La motosierra y la licuadora han sido las estrategias que ha utilizado para que le rindan más los recursos”, explica el futuro médico.
Según Cristian, las dudas son pan de cada día, por eso “no sabes en qué minuto se va a estabilizar el peso o en qué moneda conviene tener el ahorro, todo eso es incertidumbre”.
El programa de austeridad conocido popularmente como la ‘motosierra’ está teniendo efectos. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), emitió un informe en que la inflación de abril se situó en 8,8% mensual, bajando de los dos dígitos. En diciembre alcanzaba el 25,5%.
“El segundo semestre debería mejorar todo”
“En la familia de mi mujer son todos ‘Mileistas’, algunos con sus reparos”, cuenta Ricardo Bravo, un chileno que hace 5 años se trasladó a tierras trasandinas, precisamente porque su esposa es argentina.
Es consultor en técnicas orientales para empresas y, en su experiencia, “Milei vino a educar sobre qué es la economía, porque aquí siempre tienden a gastar más de lo que generan”.
Según el Banco Mundial, Argentina es la tercera economía más grande de América Latina, con un Producto Interno Bruto (PIB) de aproximadamente US$640 mil millones.
El mismo organismo plantea que con un territorio de 2,8 millones de kilómetros cuadrados, el país cuenta con abundantes recursos naturales. Tiene tierras agrícolas extraordinariamente fértiles, importantes reservas de gas y litio, y un enorme potencial en energías renovables.
Lo anterior sostiene la esperanza. “Está difícil, sí, pero está la sensación que hay una luz mucho más cerca al final del camino, ahora en el segundo semestre debería comenzar a mejorar todo”, reflexiona Ricardo, luego de pasear por Puerto Madero junto a un amigo que está de visita.
Jacqueline, Cristian y Ricardo no tienen planeado moverse de Buenos Aires. Decidieron quedarse en el lugar que convirtieron en su casa y, con ello, ser testigos del posible y anhelado repunte.
Argentina se encuentra implementado una Facilidad de Financiamiento Ampliado con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En línea con el programa del Gobierno, la estrategia se enfoca en implementar un sólido plan de consolidación fiscal con el objetivo de lograr un superávit primario del 2 por ciento del PIB en 2024.
Para el Banco Mundial, el programa de estabilización implementado por la nueva administración ha obtenido resultados fiscales. En enero y febrero de 2024, Argentina tuvo superávit fiscal por primera vez en muchos años. La inflación también está comenzando a descender, pero aún se mantiene en niveles altos. El riesgo país también se ha reducido, pasando de 2.100 puntos en enero a 1.432 en marzo de 2024. Sin embargo, continúa siendo uno de los más altos en la región.