El 27 de abril el Rector de la Universidad de Concepción, Dr. Carlos Saavedra Rubilar, asumirá como Presidente de la Red de Universidades Públicas no Estatales G9, en la sesión de directorio en Arica, previo a la reunión mensual del Consejo de Rectores en la misma ciudad.
El Rector agradeció su elección, señalando que asume este desafío “valorando el respaldo unánime que se me ha entregado” para una presidencia que se da en un contexto marcado por el intercambio de opiniones contrapuestas ante la definición del gobierno del Presidente Gabriel Boric de fortalecer a las universidades estatales. Una línea programática que ha vuelto a abrir el debate sobre lo público, quiénes cumplen ese rol y por qué debiese o no considerarse en esta categoría a instituciones que no pertenecen al Estado.
Saavedra plantea que, más que una preocupación por lo que suceda en este gobierno, los inquieta lo que viene ocurriendo hace algunos años, especialmente desde 2018 cuando se promulgaron en paralelo las leyes 21.091 sobre educación superior y la 21.094 sobre universidades estatales, lo que ya marcó una distancia entre instituciones de educación superior, por lo tanto, lo que ocurre ahora es que esas diferencias “se profundizan con lo que se plantea desde el Gobierno, la posibilidad de esta preocupación preferente y también de las discusiones que se han llevado adelante en la Convención Constitucional”.
Estigmatización de lo no estatal
El electo Presidente del G9 destaca que el sistema de educación superior en Chile ha sido diverso y de provisión mixta durante toda su historia, con universidades estatales, corporaciones de derecho público como las universidades católicas y las instituciones ciudadanas como lo son las universidades Federico Santa María, Austral y de Concepción, cuyos inicios respondieron al clamor de movimientos sociales, por lo tanto, “resultan paradójicas las declaraciones establecidas por algunas personas que pertenecen al Consorcio de Universidades del Estado de Chile (CUECH), esta idea de hacer binario el sistema de educación superior en Chile, esto de particularizarlas en Estado y privadas”.
Justamente por estas diferencias que se han establecido en el discurso general -sobre lo estatal y lo privado- es que el Rector es enfático en señalar que “bajo ninguna circunstancia las universidades que conforman G9 han tenido fines de lucro y el sentido de contribuir al desarrollo de un sistema de educación superior público universitario diverso, tiene que ver con nuestro compromiso con el desarrollo de nuestro país y de las oportunidades para los estudiantes”, asegurando además que “nuestras universidades no atienden una élite particular, nuestras universidades no limitan el ingreso a las personas desde alguna perspectiva”.
Considera fuera de contexto cuando en algún momento se les comparó con el sistema de salud privado, por lo que “no nos parece aceptable ni adecuado el que se quiera estigmatizar el no tener propiedad del Estado”, más aún en el caso de la Universidad de Concepción, ya que “lo único que nos diferencia con las universidades estatales es la propiedad”. Por eso destaca las palabras que en su momento realizó Gabriel Boric cuando señaló al programa “Presidenciales en Medios UdeC” que el plantel “ha cumplido un rol que ha sido insustituible en construir lo público, de hecho físicamente la Universidad de Concepción representa lo público, cosa que muchas veces las mismas universidades estatales no han sido capaces de hacer”, dejando en claro así que su programa apunta al fortalecimiento de estas últimas.
¿Qué pide el G9?
“Hemos contribuido a la descentralización de nuestro país. Es inimaginable ver el desarrollo de las 20 ciudades –y sus respectivas regiones- que abarcan las universidades de G9, sin la contribución de estas casas de estudios”, dice el Rector Saavedra, quien explica que justamente lo que busca la Red G9 es que “se reconozca la contribución histórica al desarrollo del sistema universitario chileno, a partir del aporte de las universidades públicas no estatales, como lo ha sido a lo largo de toda la historia”, destacando el trabajo que se ha realizado en investigación, ciencia, tecnología y cultura en todo el país. Pero va más allá y detalla que “aspiramos a un reconocimiento constitucional tal como se expresó en la reforma de 1971 a la Constitución de 1925, donde indicaba claramente que el Estado se hacía cargo de todas las universidades que eran reconocidas por éste”.
Siguiendo ese símil, “pienso que el equivalente a las universidades que constituían el CRUCH en ese momento, es el CRUCH actual donde están por ley las universidades de servicio público”.
Para concretar lo anterior, se han realizado acciones como la presentación desde el G9 de una norma constitucional para garantizar un sistema universitario con proyectos diversos, equitativos, inclusivos, con compromiso público y regional, y con producción de conocimiento de excelencia, acción que si bien no logró aprobarse, aún hay otros mecanismos para poder incluir esta petición, como lo son indicaciones u otras vías normativas que contempla la discusión constitucional.
El tema valórico
Otro de los temas que ha enfrentado el G9 es su posición con respecto a la agenda valórica del ejecutivo, tanto en el anterior gobierno como en el actual, considerando los puntos de vista tanto de las instituciones católicas como de las casas de estudios laicas que conforman la Red.
En este sentido, reconoce que hay posiciones diferentes dentro del G9, y que en el caso de la UdeC, “como una universidad laica, estamos totalmente alineados con los desafíos y los proyectos del Estado”, no obstante asegura que “entendemos la libertad que requieren las universidades católicas en esta materia y eso no limita su compromiso con la educación pública”.
La vía de la asociatividad
Los rectores de la Red G9 ya se han reunido con las máximas autoridades de los ministerios de Educación y Ciencia, con quienes se espera iniciar una agenda de trabajo conjunta. “Con el Ministerio de Educación, en particular hay un tema que me gustaría poder promover tanto como G9 y como CRUCH, que es recuperar lo que fue históricamente el aporte al desarrollo de infraestructura y recursos para docencia”, señala el Rector, mientras que con el Ministerio de Ciencia, la idea es avanzar en la materialización para alcanzar la meta del 1% del PIB para ciencia y tecnología. En ese sentido, “lo que he planteado es subir en forma escalonada un 0,1% en los próximos años, orientado al menos a la incorporación de personas en el sistema científico tecnológico nacional”.
En cuanto a la relación con sus pares del CRUCH, el Presidente del G9 señala que “tenemos que seguir creando puentes, pues tenemos desafíos mayores”, uno de ellos será la fijación de aranceles regulados, por lo tanto “nuestra perspectiva es de la asociatividad global en el sistema de universidades que integran el CRUCH, tanto las estatales, las G9 y las tres que se incorporaron recientemente. Ésta va a ser la misma política que yo espero sigamos desarrollando en el próximo tiempo”.
Un ejemplo de ello es el trabajo que realizó la UdeC con los gobiernos de Atacama y Aysén, quienes solicitaron colaboración en temas específicos, donde el Rector pidió a los gobernadores “la incorporación de las universidades estatales regionales que están presentes en las regiones de Atacama y de Aysén para poder desarrollar esa colaboración”.
Fuente: Noticias UdeC.