Con un día de campo concluyó el proyecto “Transferencia tecnológica y extensión agropecuaria para productores de la provincia de Arauco”, que por tres años ejecutó el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA Quilamapu), gracias al financiamiento del Gobierno Regional del Biobío. La iniciativa capacitó a cerca de 2 mil agricultores y agricultoras en técnicas de agroecología, promoviendo una agricultura más sustentable y amigable con el medioambiente.
La actividad se desarrolló en el Centro de Educación y Trabajo (CET) de Gendarmería de Chile en Cañete, una de las seis unidades de validación establecidas por INIA en la provincia. Estos espacios sirvieron como unidades productivas agroecológicas y también como instancias de capacitación para terceros. En el día de campo participaron alrededor de setenta personas, entre agricultores, técnicos y autoridades, quienes recorrieron las unidades de producción agrícola creadas, incluyendo cultivos de trigo, papa, porotos, lentejas, hortalizas, frutales menores y plantas aromáticas, todas destinadas al autoconsumo del CET.
Los asistentes también visitaron el área de producción de plantines y biopreparados, así como el huerto equipado con una estación meteorológica automática que entrega información en tiempo real de temperatura, humedad y otras variables claves para la gestión agrícola eficiente.
El evento contó con la presencia de autoridades como el seremi (s) de Justicia y Derechos Humanos del Biobío, Mauricio Decap; la directora regional de Gendarmería, coronel Angélica Briones; el director regional de INIA Quilamapu, Javier Chilian, y la directora del Museo Mapuche de Cañete, Mónica Obreque.
Impacto social y proyecciones del proyecto
Carmen Gloria González, jefa técnica de Gendarmería en la Región del Biobío, destacó el carácter innovador de la iniciativa y su impacto en la reinserción social, permitiendo a las personas privadas de libertad aprender y aplicar conocimientos agrícolas. “Este trabajo ha sido valiosísimo. Se han logrado resultados exitosos en los cultivos y en el desarrollo personal de los residente y funcionarios involucrados”, subrayó.
González indicó que sería muy beneficioso que este proyecto se pudiese desarrollar en otras regionales del país.
El director regional de INIA Quilamapu, Javier Chilian, resaltó que el proyecto ha permitido la colaboración entre distintas instituciones y servicios, beneficiando a un gran número de agricultores. Además, enfatizó la relevancia del traspaso de conocimientos a establecimientos educativos locales y manifestó la intención de seguir fortaleciendo la vinculación con actores regionales.
Rolando Carrillo, exresidente del CET, destacó el aprendizaje adquirido en técnicas de siembra, estudios de suelo y producción sustentable. “Aquí se aprenden muchas cosas, como experiencia personal me gustó bastante”, dijo y añadió que “estamos cosechando lo sembrado”, tras lo cual manifestó su deseo de “seguir con esto, ir creciendo más para la producción”.
Por su parte, Jonathan Parra, extensionista del programa PDTI en Contulmo, valoró el conocimiento adquirido y el énfasis en la agroecología, ya que incorpora técnicas fáciles de aplicar y amigables con el medioambiente. También resaltó el uso de estaciones meteorológicas, las que permiten mejorar la productividad agrícola mediante el monitoreo de variables climáticas en tiempo real.
En ese mismo aspecto, Mario Saavedra, encargado de la Oficina Técnica de INIA en Cañete, explicó que las tecnologías de información, como los sensores y estaciones meteorológicas, son fundamentales en la toma de decisiones agrícolas. “Esto es clave para optimizar el riego y mejorar el rendimiento de los cultivos, especialmente en tiempos de sequía”, explicó.
Este día de campo no solo marcó el cierre de un exitoso proyecto, sino que también dejó planteada la necesidad de continuar impulsando iniciativas que fortalezcan la agricultura sostenible en la región.