Ad portas de su votación en el Senado, programada en primera instancia para este miércoles 28 de septiembre, sigue habiendo incertidumbre en cuanto a los alcances e implicancias que tendría para nuestro país la integración al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, más conocido como TPP-11.
Cabe señalar que el acuerdo fue suscrito por Chile, el 8 de marzo de 2018, en una actividad que encabezó la entonces presidenta Michelle Bachelet y su ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz. Luego, cumplió su primer trámite legislativo, el pasado 29 de octubre de ese mismo año, cuando fue aprobado por la Cámara de Diputados y Diputadas.
Para conocer más detalles de este Acuerdo, en Nuestra Pauta conversamos con el académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas UdeC, Víctor Hernández Roldán, quién valoró en primer lugar que, en caso de ratificarse por el Senado, Chile tendría acceso a un mercado de 500 millones de consumidores, que representan un 13% del PIB mundial.
Si bien Chile ya cuenta con acuerdos comerciales bilaterales con los 10 países miembros del acuerdo, Hernández explica que este es un tratado de “nueva generación, mucho más inclusivo” que los anteriores.
Una de las controversias que ha tenido lugar en la discusión es la participación de Estados Unidos en este tratado, sin embargo, cabe recordar que, al momento de retomar las negociaciones en 2017, con la firma de Bachelet, el entonces presidente Donald Trump ya había anunciado la renuncia de su país a formar parte de este nuevo acuerdo.
De acuerdo a Hernández, para que Estados Unidos se integre a este Tratado, o cualquier otro país como China o Inglaterra que también tienen interés, deben someterse al protocolo de entrada, que además tiene que ser visado por los países ya integrantes.
El académico señaló que hay voces críticas sobre este acuerdo, en parte, por las presiones que podrían ejercer las inversiones extranjeras, sobre todo de países desarrollados. En ese sentido, planteó que actualmente el mundo está buscando integrarse a nivel económico, siguiendo el modelo europeo, pues, por ejemplo, a nivel latinoamericano han primado las visiones ideológicas o políticas, frenando posibles o eventuales acuerdos entre varios países de la región.
En esa misma línea, Hernández planteó que en Europa comenzaron con tratados comerciales en 1948, tras la segunda guerra mundial, hasta generar la “zona euro” que comenzó con acuerdos aduaneros y hoy vemos que hay, no sólo una moneda única, sino también un Parlamento Europeo, derivado de estos mismos acuerdos económicos.
En términos prácticos, el docente de Facea UdeC destacó que con este tratado “se permite considerar como propios los insumos originales de otros países del bloque”. Como ejemplo, planteó que un emprendedor nacional puede generar un producto local con ingredientes importados (de países dentro del acuerdo) y luego exportar el producto con origen nacional.
Finalmente, Víctor Hernández Roldán destacó que este tratado incluye un capítulo dedicado a las pymes y a emprendedores, con lo que se fomenta el empleo y las innovaciones.
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