Durante los últimos años, Apruebo y Rechazo han sido mucho más que simples antónimos. En Chile, son el reflejo de dos posturas contrarias que se instalaron como respuesta a una intensa revuelta social, que detonó con tal fuerza que fue capaz de dar paso a un proceso de cambio constitucional.
Eso ya es historia conocida, pero pocos analistas se atreven a proyectar con certeza lo que pasará en términos de participación y resultados una vez que se ponga punto final al borrador de la nueva Carta Fundamental y la decisión quede en manos de la ciudadanía.
Alto padrón y ¿alta participación?
A comienzos de este mes, el Servicio Electoral (Servel) informó el padrón correspondiente al plebiscito del 4 de septiembre. Según lo comunicado, son 15 millones 173 mil 857 las personas convocadas a sufragar en este hito electoral. Del total, el 99,3% está habilitado en territorio nacional y el 0,3% en el extranjero.
¿El voto obligatorio automáticamente aumenta la participación? La respuesta es no. Según el Dr. Claudio Fuentes Saavedra, académico de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales (UDP), si bien habrá un crecimiento, es altamente improbable que se logre más de un 90%.
Sobre qué pasará con el resultado, es decir, qué opción ganará y por cuánto margen, el coordinador del Laboratorio Constitucional de la UDP afirma que cualquier proyección sería un salto al vacío, pues a lo inédito del proceso se agregan otros factores: las encuestas son inexactas por lo limitadas de las muestras, el mayor caudal de votantes aumenta un escenario de incertidumbre, y hay indecisión en el electorado.
“La obligatoriedad es importante, porque va a tener un impacto en la gente que está más apegada a la norma”. Con esa reflexión, el Dr. Raúl Elgueta, director del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), se suma a la discusión, agregando un elemento a considerar: las teorías de participación electoral plantean que la relevancia de lo que está en juego en una votación es lo que moviliza a las personas a las urnas, más allá de las multas que actúan como una suerte de amenaza para incentivar la participación.
Es preciso recordar que el plebiscito del 25 de octubre de 2020, en el que se consultó “¿Quiere usted una Nueva Constitución?”, registró un total de 7.562.173 votos.
Las variables demográficas
Las mismas encuestas que antes permitían predecir con claridad los resultados de comicios electorales, ahora pasaron a ser instrumentos poco referenciales, tras una seguidilla de desaciertos.
Sin embargo, y dada la relevancia del proceso constituyente, semana a semana se conocen nuevas mediciones y la del Centro de Estudios Públicos (CEP), publicada este jueves, reveló que frente a la intención de voto, la opción de Rechazo obtuvo un 27% y la del Apruebo un 25%. En tanto, un 37% dijo que aún no ha decidido y un 11% no sabe o no respondió.
En este escenario de creciente incertidumbre: ¿Cómo puede influir la edad, el sexo o el nivel socioeconómico en el comportamiento electoral?
Claudio Fuentes, quien además es coordinador de la Plataforma Contexto, recuerda que “usualmente lo que hemos visto en el patrón con voto voluntario es que las personas de nivel socioeconómico más bajo, en sectores urbanos y grandes, tienden a votar un poco menos. También, los jóvenes votaban menos, pero eso se empezó a revertir”.
Los sectores más vulnerables no son los únicos a observar. El Dr. Elgueta comenta que también “hay que prestar atención a las clases y capas medias, que tienen un comportamiento diferencial”, además, el académico de la Usach resalta que “ha habido una estrategia adecuada en términos de los intereses de la campaña del Rechazo de apuntar a ellos”, ya que este grupo es más susceptible de percibir que “tiene algo que perder”.
El año pasado, el Servel reveló datos inéditos en relación al último Plebiscito Nacional e informó que hubo un notorio aumento de la participación de jóvenes y mujeres en comparación a otros procesos electorales. De hecho, las votantes pasaron de 45,5% en 2012 a 52,2% en 2020.
En ese punto, el Dr. Claudio Fuentes adelanta que “el texto constitucional trae avances en derechos de las mujeres, entonces, eventualmente podría darse el caso de que tuvieran una inclinación mayor por participar”, explicando además las razones que han detonado un mayor interés en el grupo femenino.
Siguiendo con los datos aportados por el Servel, en lo que respecta a la variable etaria, los jóvenes entre 20 y 24 años mostraron un alza del 21% en el plebiscito 2020.
La Dra. Mireya Dávila Avendaño, académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, comenta que el factor edad es relevante, ya que entrega una perspectiva general de las tendencias ante la elección de septiembre próximo, en que los más adultos se sentirían más representados con el Rechazo.
Más allá de los contextos sociodemográficos, para el Dr. Elgueta la elección se va a definir en el plano de los discursos que generen niveles más altos de acercamiento. Dicho de otro modo, y en palabras del académico, “lo verosímil no es exactamente lo verdadero, es lo que a uno le hace sentido y sintoniza con lo que uno percibe”.
Según el último sondeo del CEP, un 36% consideró que la nueva Constitución probablemente ayude a resolver los problemas, seguido por un 29% de quienes consideran que podría empeorar la situación actual.
Todo lo que está en juego
En un escenario ficticio, si ya fuera 5 de septiembre y tuviéramos los resultados del plebiscito, ¿de qué forma la posibilidad de triunfo de cada una de las dos opciones repercutiría en la dinámica política nacional? La Dra. Mireya Dávila se aventura a proyectar que, aunque le parece poco probable, si gana el Rechazo habrá que “generar acuerdos que permitan una salida institucional al respecto y ahí hay varias alternativas, pero una vez más va a depender del gobierno cómo va a canalizarlo”, mientras que con un éxito del Apruebo, la administración Boric también tendría una importante tarea.
Para la especialista en Ciencia Política y ex directora del Programa de Gobernabilidad de Flacso Chile, los últimos tres años están marcados por “un proceso intenso de reforma institucional” y el contexto sociopolítico sería la clave para dar luz verde al borrador elaborado por la Convención. Sin embargo, el freno podría venir de parte de quienes no están dispuestos a ceder terreno en temas valóricos.
Sobre las jugadas que aún pueden poner en práctica los precursores del Rechazo, el Dr. Elgueta puntualiza que “quienes tenían esa tendencia en el principio y ahora, tradicionalmente argumentaba que un cambio constitucional no era importante, porque a la gente lo que le preocupa era que el país estuviera ordenado y funcionara (…), pero ese discurso entra en contradicción con la necesidad que tienen de organizarse”, y captar más adherentes.
En 2020 el 78,27% de las preferencias fue para la opción Apruebo y el 21,73% para el Rechazo, sin embargo, y por las diferencias existentes entre ambos hitos, los especialistas coinciden en que esos resultados no son proyectables a las elecciones de septiembre.
Realidad virtual
El proceso se respira en la Convención, el gobierno, las calles, los medios y -no podía estar ausente- en las redes sociales. Para conocer cómo esperan el plebiscito los usuarios digitales, la Plataforma Telar ha realizado un intenso seguimiento. Se trata de una iniciativa del Instituto Milenio Fundamento de los Datos (IMDF), que a través de innovación tecnológica y metodológica busca entretejer las voces de Chile en el contexto de cambio constitucional.
“Vamos monitoreando y descargando datos que mencionan ciertas palabras claves y con eso hacemos un análisis de frecuencia”, explica el Dr. Marcelo Santos, coordinador del Laboratorio Multimodal de la instancia, a la vez que es enfático en mencionar que las tendencias de Twitter “no representan, aunque se vea mucho rechazo, porque todavía es poco lo que se conversa sobre la Convención”. Es decir, esa realidad se queda en los dispositivos móviles y no necesariamente es predictivo con lo que ocurrirá con el electorado.
Si bien el académico de la Universidad Diego Portales reconoce que “hay dos veces más usuarios que se declaran favorables al Apruebo, pero hay dos veces más mensajes relacionados al Rechazo”, la incidencia aún es baja, ya que los temas que circulan aún tienen que ver con otros contenidos.
Con 16 millones de perfiles activos en redes sociales en Chile, resulta interesante conocer las interacciones existentes y el manejo que les dan los y las integrantes de la Convención. El Dr. Santos cuenta que “la gran mayoría de la conversación se da en torno a la votación de normas en el pleno. Son palabras que indican qué están discutiendo, lo que se aprobó, lo que no, y lo que se votará”.
“La tendencia históricamente en todos los tipos de comunicación masiva es que hay efectos limitados”, asegura el investigador del Instituto Milenio Fundamentos de los Datos, lo que se replicaría en el mundo virtual, aunque la duda está dada por el impacto que el contenido de las redes sociales tiene en quienes aún están indecisos con su voto.
Desde la Ciencia Política son muchas las dudas que rondan a la elección que marcará un punto de inflexión en la historia de Chile. La ciudadanía tiene la última palabra en un proceso democrático sin precedentes en el país y cada voto será determinante para dar respuesta al estallido de octubre de 2019.