Con una eficacia del 95% y toda la atención puesta en los efectos que podría lograr para el control de la pandemia por Covid-19 en Chile, este miércoles la vacuna de Pfizer-BioNTech logró luz verde para su uso en la población mayor de 16 años, tras una reunión de viabilidad convocada por el Instituto de Salud Pública (ISP), en la que participó un comité de expertos y expertas integrado por 22 profesionales del área.
El Dr. Jorge Fuentealba, presidente de la Sociedad de Farmacología de Chile y académico de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción, es uno de los especialistas que aportó en esta discusión que, según sus palabras, se posiciona como «uno de los hitos más importantes en términos de salud pública».
Durante el encuentro, Fuentealba expuso la presentación titulada «Seguridad y Eficacia de la Vacuna BNT 162». Un par de horas más tarde, y al ser contactado por Radio UdeC, aseguró que las dosis «tienen un beneficio mucho mayor que los eventuales riesgos que pudiesen manifestarse», aludiendo a los efectos secundarios que genera la inoculación, según los estudios clínicos desarrollados hasta ahora.
La aprobación de la vacuna coincide con un escenario de desconfianza entre la población chilena. Según datos de la encuesta Pulso Ciudadano informados hoy, un 30,6% de los consultados declaró que está muy seguro o seguro que se inocularía contra el virus, lo que se traduce en 14,2 puntos menos en relación a la medición de septiembre.
Al respecto, el académico UdeC sostuvo que los procesos de farmacovigilancia son fundamentales para corregir cualquier anomalía.
De acuerdo a la información preliminar, el inicio de la inoculación consideraría 20 mil dosis que serían administradas a profesionales de la salud y adultos mayores a partir de la próxima semana. Para lograr efectividad, las vacunas deben ser almacenadas y transportadas a 70° bajo cero, requerimiento logístico que resultaría factible para el Minsal.
La inmunidad
La vacuna debe aplicarse en dos dosis, con 3 semanas de diferencia. «Los primeros 12 días (desde la primera inoculación) hay que seguir manteniendo los cuidados, porque desde ahí comienza a elevarse la eficiencia protectora de la vacuna, antes de eso el organismo no ha sido capaz de desarrollar los anticuerpos necesarios», dijo Fuentealba.
Además, y considerando la evidencia clínica que proporcionó el laboratorio Pzifer, la inmunidad puede durar 52 días, lo que según el químico farmacéutico permite «establecer una barrera sanitaria».
Finalmente, el experto mencionó que lo más probable es que en una primera etapa no exista la posibilidad de acceder a la vacuna de forma particular, ya que las unidades que ingresen al país se aplicarán a los grupos de riesgo -según la priorización que realice el Minsal-, por lo que la administración sería centralizada.