Por Juan Pablo Baraona, Área Educación y Cultura en Doble Impacto.
Al igual que tantos sectores económicos, la actividad cultural se ha visto fuertemente afectada por la pandemia. Algunas de las razones son: espacios con aforos restringidos o derechamente cerrados, recortes de fondos públicos y dificultad, como siempre, para acceder a fuentes de financiamiento.
Pero hecho el diagnóstico no todo sería tan malo. Observemos por qué.
De acuerdo con las proyecciones de la UNESCO, la Industria Creativa se convertirá en los próximos años en el 10% de la actividad mundial. Ya en 2019 había generado casi 2 millones de empleos en América Latina y el Caribe. También hablamos de una industria que puede impulsar un crecimiento inclusivo y sostenible. Tal es su relevancia, que la ONU ha declarado que este 2021 es el “Año Internacional de la Economía Creativa para el Desarrollo Sostenible”.
Por lo antes expuesto, desde la Banca Ética, más allá del contexto, atendemos de manera especial el área de la Cultura y de todas las actividades que conforman las Industrias Creativas. ¿Por qué lo hacemos? Porque entendemos que las expresiones artísticas contribuyen al desarrollo del ser humano y de las comunidades. Además, porque comprendemos que el financiamiento al sector creativo no es un costo, sino una inversión social. Por último, porque queremos que, a través de las ideas creativas, se instalen temáticas de discusión y reflexión que promuevan el pensamiento crítico en las personas.
Aspiramos a ser la banca de la cultura. Y hoy, en particular, queremos atender el sector de la industria audiovisual, que en medio de un panorama aparentemente sombrío producto del encierro, existen en este sector algunas luces por la demanda de nuevos contenidos para diversas plataformas. Para ello, buscamos posicionarnos como un actor que pueda conectar proyectos y productoras con un financiamiento a la medida.
Urge valorar lo que genera la creatividad y la cultura como posibilidad de unir a las personas, de producir esperanza e identidad ante un futuro incierto. Basta con recordar lo que provocó, para todo nuestro país, la nominación al Oscar de la película El agente topo. Se hace necesario tomar un rol activo y protagónico en el financiamiento de la industria creativa, no dejar abandonado a un sector, estar en las buenas y en las malas, ser creativos y flexibles para atender todas sus solicitudes y necesidades.
Ese es y ha sido parte de nuestro propósito como organización, que tras años de trabajo, comprende los tiempos, dolores de cabeza y urgencias de una industria que, hoy más que nunca, necesita de comprensión y apoyo.