Por: Dr. Ricardo Barra, director Centro EULA, investigador Centro CRHIAM y académico Facultad Ciencias Ambientales UdeC.
Patricio Silva, sociólogo y estudiante Doctorado en Ciencias Ambientales UdeC.
En Chile, históricamente, para abordar las grandes soluciones de infraestructura, en particular para los problemas de abastecimiento de agua, se ha recurrido a la infraestructura gris, representadas en la construcción de grandes embalses y canales que han posibilitado el riego de miles de hectáreas en el pasado. La prevalencia de este tipo de soluciones, conlleva un largo tiempo de discusión y planificación, donde el promedio para la implementación de las soluciones de hormigón y acero, en nuestro país, supera la década, considerando desde el planteamiento de un proyecto hasta la concreción final de la obra. Uno de los ejemplos emblemáticos en la zona centro-sur, es el tristemente célebre embalse Punilla, en la Región de Ñuble, una iniciativa que ha generado un sinnúmero de tensiones entre diferentes actores de la zona y la institucionalidad correspondiente.
Sin embargo, durante los últimos 30 años, de manera paralela se ha venido desarrollando un enfoque que busca plantear soluciones que sean más amigables con el medio ambiente y con base en el funcionamiento de los ecosistemas. Las denominadas Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN) abordan directamente la dependencia que existe de la infraestructura gris, solventando además algunos de los problemas fundamentales que estas tienen: el alto uso de recursos finitos y habitualmente no reciclables, además de la temporalidad, entendiendo que este tipo de obras deben ser constantemente mantenidas, restauradas y ante un contexto de aumento de los riesgos climáticos y fenómenos extremos, limita su capacidad de dar una respuesta efectiva y prolongada en el tiempo.
Algunas críticas aluden a que las SBN son soluciones muy lentas como para ser practicables, pero ante el contexto chileno, donde existe un prolongado tiempo de implementación de las soluciones tradicionales, mirar hacia opciones más resilientes y sustentables, puede ser un camino para la complementación de tecnologías o en algunos casos, podrían representar una solución más acorde a las necesidades de los territorios.
La grave crisis hídrica –que atraviesa el país en la última década– ha afectado incluso a nuestra región, otrora rica en agua, lo que se ha visto acompañado de una profunda transformación que se ha impulsado en nuestros dos grandes sistemas de cordilleras, lo que ha transformado completamente el paisaje, homogeneizándolo con masivas plantaciones exóticas de pino y eucalipto. Lo anterior, ha comprometido la capacidad de almacenamiento de agua que sectores como el “secano costero” o la cordillera de la costa tienen disponibles.
Es tiempo entonces de impulsar la implementación de Soluciones Basadas en la Naturaleza, que nos permitan disponer de más agua, en cantidad y calidad, lo que permita asegurar la sostenibilidad del abastecimiento de las zonas costeras de nuestra región, para ello, el conocimiento tradicional que las sociedades rurales y pueblos originarios han desarrollado podrían aportar a la recuperación de las nacientes de agua, acompañándolas de medidas como el reemplazo de las plantaciones exóticas por bosque nativo.
El generar este tipo de acciones en zonas afectadas por problemas de agua, cumpliría dos funciones: primero, reconstituir áreas degradadas en áreas estratégicas para los cuerpos de agua y, por otro lado, reconfigurar la biodiversidad de plantas, árboles y animales, recuperando al menos en parte la capacidad de acumular agua de estos importantes ecosistemas. Una alianza que permita recuperar las nacientes de agua en la Cordillera de la Costa, reforestándolas con bosque nativo, permitiría asegurar la disponibilidad de agua para el futuro. Esto es posible y ha sido demostrado por las múltiples iniciativas que comunidades de la Cordillera de Nahuelbuta han tomado, junto a otras acciones de protección de riberas de los ríos de la zona.
Este momento de actuar debe ir acompañado del establecimiento de alianzas público-privado, entendiendo que mucha de la superficie afectada está hoy en manos de privados, pero generar un efectivo diálogo entre los propietarios y las comunidades, apoyada activamente por el Estado y las Universidades, podrían hacer de estas Soluciones Basadas en la Naturaleza la mejor oportunidad de recuperar ecosistemas degradados que han perdido la capacidad de acumular agua y disponerla en los periodos de estiaje.
Finalmente, es posible afirmar que las SBN nos permiten avanzar en el camino hacia la adaptación al Cambio Climático.