Por Sigrid Mennickent Cid, Académica Facultad de Farmacia UdeC, Directiva Corporación Pro -paciente Celíaco, Concepción
La enfermedad celíaca (EC) es una enfermedad autoinmune caracterizada por una inflamación crónica de la parte proximal del intestino delgado o yeyuno, causada por la exposición a las proteínas del gluten (presente en el trigo, cebada, centeno, triticale, kamut, espelta y avena). Se produce una lesión de tipo inflamatoria y progresiva de las vellosidades y micro-vellosidades del intestino delgado, lo que conduce, en el tiempo, a su atrofia y desaparición, lo que provoca a su vez un grave descenso en la absorción de nutrientes. Existe, además, una alta producción de linfocitos, que incluso pueden atravesar la mucosa del intestino y penetrar en su interior, con el consecuente riesgo de linfoma.
Los síntomas de la EC difieren considerablemente según la edad de aparición. En niños pequeños son frecuentes los síntomas intestinales y el retraso del crecimiento, en cambio en los adultos la enfermedad puede cursar sin síntomas, pero asociada a la aparición de complicaciones extra-intestinales, pudiendo afectar al sistema endocrino, páncreas, sistema nervioso y aparato genital, entre otros. La malignización es la complicación potencial más grave y está asociada a la presencia mantenida de gluten en la dieta, incluso en pequeñas cantidades. Otros síntomas y/o signos son anemia, osteoporosis, dolor abdominal, fatiga, irritabilidad, infertilidad, abortos repetidos, calambres, hipoplasia del esmalte dental, entre otros.
La epidemiología de la EC ha sido completamente replanteada en las últimas décadas, debido a la aparición de métodos diagnósticos más efectivos y precoces. Antiguamente, se consideraba a la EC como un trastorno de baja incidencia, caracterizado usualmente por su aparición durante los primeros años de vida. Sin embargo, recientemente se ha demostrado que la EC es uno de los trastornos crónicos más comunes a nivel mundial.
La epidemiología de la EC está eficazmente representada por el modelo del iceberg. La incidencia de la enfermedad se puede expresar como el tamaño total del iceberg. Una porción mensurable de estos casos se diagnostica correctamente como consecuencia de molestias sugestivas. Estos casos conforman la parte visible del iceberg celíaco. En los países desarrollados, por cada caso diagnosticado de enfermedad celiaca, hay un promedio de 5-10 casos que no se diagnostican (la parte sumergida del iceberg); usualmente debido a molestias atípicas, mínimas o a veces inexistentes. Estos casos sin diagnóstico no reciben tratamiento y por consiguiente están expuestos al riesgo de complicaciones a largo plazo. Estudios recientes sugieren una prevalencia entre 1 de cada 150-300 nacidos vivos.
Por lo tanto, para detectar este importante número de pacientes no diagnosticados es necesario buscar esta patología dirigidamente en pacientes con síntomas mayores y menores y en aquellos con mayor riesgo de desarrollar la enfermedad, como familiares de primer grado de pacientes con EC y diabéticos tipo 1.