A un mes del plebiscito de salida que descartó la propuesta elaborada por la Convención Constitucional, analistas de la región consideran que las fuerzas políticas aún deben afinar sus lecturas tanto de la derrota como de la victoria en la última elección. Ante todo, afirman, se debe establecer mejores vías de diálogo, para que la ventana de cambios se mantenga abierta y se pueda trazar una ruta más clara sobre cómo se articulará el nuevo proceso.
«Desde el Acuerdo Por la Paz Social y la Nueva Constitución, Chile ha tenido flujos que han generado resultados sorprendentes» asevera la Dra. Jeanne Simon Rodgers, académica del Departamento de Administración Pública y Ciencia Política de la Universidad de Concepción (UdeC), al recordar las últimas elecciones del país. Uno de las más inesperadas fue el holgado triunfo por 62% de la opción Rechazo en el plebiscito de salida, el que para la académica generó un cuestionamiento «hacia un movimiento que se veía mucho más hacia la izquierda».
Con ello, sostiene, se ha cedido espacio al poder constituido, que busca definir su rol en la siguiente etapa del proceso.
A raíz de esta derrota del Apruebo, explica la especialista, los sectores de centroizquierda del país sienten hoy la necesidad de «reagruparse», mientras el centro político se ha visto fortalecido. También, la Dra. Simon destaca el crecimiento que tuvieron colectivos como Amarillos por Chile o el Partido de la Gente, este último, en puja con el Partido Comunista por ser el colectivo con más militantes.
Ante esta situación, el director de Asuntos Públicos de Observa Biobío, Lucas Serrano Barraza, sostiene que desde el plebiscito de salida ha cambiado, y deberá seguir haciéndolo, la institucionalidad política «desde el nivel de Gobierno», dado que se ha obligado a este a «dedicarse a la difícil tarea de gobernar» y desligarse del proceso constituyente, para entregar ese rol al Congreso.
Ajustar las lecturas
En este escenario cambiante y de resultados inesperados, Serrano afirma que resulta imperativo para la política nacional comprender el rol desempeñado por las «fuerzas pendulares» que han agudizado los últimos procesos electorales. A ello, agrega que los sectores de derecha deben evitar, a través de la escucha y el diálogo, los errores cometidos por su contraparte tras el plebiscito de entrada, dado que no resulta tan fácil «atribuirse el saber lo que quieren las personas».
Por su parte, la Dra. Jeanne Simon asegura no estar de acuerdo con la lectura que ha emanado desde los diferentes sectores proApruebo, especialmente por los constantes cuestionamientos hacia la ciudadanía y sus decisiones. De momento, dijo la académica, tampoco parecen suficientes los bordes planteados por ninguna fuerza política para el nuevo proceso.
Lo que resta
Aunque el Gobierno inició en la semana posterior al plebiscito una rápida agenda de diálogos para acordar, incluso antes del 11 de septiembre, las bases de la siguiente etapa del proceso constituyente; el ritmo de los avances aminoró. Aunque para Serrano la idea de seguir con la actual Carta Magna se ha ido «diluyendo», para continuar con el proceso se requiere acordar una reforma constitucional a la Ley N° 21.200.
Finalmente, el analista de Observa Biobío apunta que ya está llegando el momento de «mostrar ciertas rutas claras sobre cómo se articulará» la continuidad del proceso. Ello, sostiene, debe pensarse mejor que la última vez, «entendiendo todos los bemoles y posibles escenarios». De lo contrario, concluye, la ventana de oportunidades para una nueva Constitución «se va a ir cerrando en la medida que se generen más desilusiones».