Por: Dr. Roger Leiton Thompson
Integrante Centro para la Instrumentación Astronómica UdeC y Fundación Chilena de Astronomía (FUCHAS)
Hacia el final de cada año, el Sol se eleva cada vez menos en el Hemisferio Norte, remontando tímidamente sobre el horizonte el 21 de diciembre, su día más corto. Es el Solsticio de Invierno Boreal. A partir de ahí los días se alargan. El solsticio invernal ocurre porque la Tierra rota sobre sí misma inclinada respecto a su órbita, tal como un trompo gira desplazándose inclinado respecto al suelo. En su trayecto alrededor del Sol, y debido a esta inclinación, cada 21 de diciembre los rayos solares caen más diluidos sobre la mitad norte del planeta, proyectando las sombras más largas del año y dando inicio al invierno en ese hemisferio (por su parte, el Solsticio de Invierno Austral ocurre el 21 de junio).
Para las primeras civilizaciones al norte de la línea ecuatorial, este evento marcaba el renacimiento anual del Sol, cuando la Naturaleza despierta del letargo invernal y las esperanzas de sobrevivir de agricultores y pastores renacían al ver el suelo volverse fértil otra vez. Este hito astronómico es el origen de antiguos cultos solares de deidades nacidas cerca del Solsticio: Horus (Egipto), Mitra (Persia), Apolo (Grecia), Baco (Roma), Amaterasu (Japón). En el siglo IV, la Cristiandad adoptó esta idea para su propio redentor, Jesús, y desde entonces la creencia empezó a difundirse por Europa. Más de 1500 años después, aquella tradición de agricultores paganos mutó en pesebres, viejos barbudos, renos voladores y árboles iluminados.
Sólo cerca del 35% de la población mundial celebra la Navidad, ¿la festejarán también los futuros colonos en Marte? Como la Tierra, Marte tiene estaciones debido a su inclinación, pero al estar más lejos le toma 687 días terrestres dar una vuelta al Sol (a nosotros solo 365). Esto crea un problema para sincronizar las Navidades de ambos planetas, porque sus respectivos solsticios nunca coinciden. Quizás lo más práctico sea que Marte celebre la Navidad cada 25 de diciembre terrestre; es decir, en un año de Marte habrían 2 Navidades, siendo fechas diferentes en el calendario marciano de un año a otro.
Más aún, ¿cómo sincronizar calendarios y relojes de ambos planetas? En la Tierra nos coordinamos usando el Calendario Civil, que bien coexiste con otros calendarios particulares como el chino o el islámico. Pero aparte de tener años de diferente duración, ni siquiera los días duran lo mismo, siendo el marciano 37 minutos más largo que el terrestre. Así, la sincronización interplanetaria será un bonito desafío para nuestros descendientes, allá y acá.
O tal vez simplemente la cultura marciana encontrará su propio camino. Conmemoraciones en el calendario marciano tales como “el Primer Amartizaje”, “El Día de los Derechos Marcianos” o “el fin de la temporada de tormentas de polvo”, quizás eclipsen las festividades heredadas desde la Tierra. Compartir (o no) fechas significativas entre ambos planetas será una señal para saber si la civilización que florezca en Marte va a ser una mera extensión de la nuestra o el nacimiento de una nueva.