El ministerio de Educación, a través de Junaeb, comenzó la entrega de la cuarta canasta individual, beneficio que llegará a 142 mil estudiantes del Programa de Alimentación Escolar y de Párvulos de la Región del Biobío. Este beneficio tiene el objetivo de dar continuidad a la alimentación de los estudiantes en el contexto de la suspensión de clases presenciales a causa de la pandemia.
Esta etapa, que corresponde a la cuarta entrega, considera la distribución de 142.770 canastas en la región del Biobío, sumando así un total de 518.218 canastas entregadas.
El Seremi de Educación, Fernando Peña, destacó la cobertura alcanzada en la zona, asegurando que “sumado a los beneficios de las 3 entregas anteriores se llega a un total de más de medio millón de canastas durante estos meses de suspensión de clases”.
El Liceo de Chiguayante fue uno de los establecimientos donde se desarrolló el proceso, lugar hasta donde llegaron las autoridades para concretar las entregas.
Al respecto, el director del Servicio Local de Educación Andalién Sur, Gonzalo Araneda, informó a cuántos estudiantes de Chiguayante llegará el beneficio.
Esta modalidad de entrega extraordinaria de los programas de Alimentación Escolar y de Párvulos es complementaria a las 2,5 millones de canastas que se distribuyen en todo el país, en el marco de la campaña Alimentos para Chile.
El director (S) de Junaeb Biobío, Jorge Albistur, informó los alcances de esta medida y el impacto que tiene entre quienes cursan educación escolar.
Ester Sáez, Presidenta de la Unión Comunal de Padres y Apoderados de Chiguayante, aseguró que las canastas de alimentos han sido un aporte para las familias que han enfrentado dificultades económicas durante estos meses y comentó que en las entregas se siguen protocolos de higiene y seguridad.
En tanto, Orlando Salazar, director del Liceo de Chiguayante, dijo que se amplió la cobertura en el establecimiento considerando las necesidades de las familias que integran la comunidad educativa.
El formato de entrega será el mismo que en las tres distribuciones previas: programado y diferido, con el objeto de evitar aglomeraciones y la eventual propagación del Covid-19. Los apoderados deben esperar a ser convocados por los establecimientos para ir a retirar las canastas.