El término de la obligatoriedad del uso de la mascarilla anunciado este miércoles por el ministerio de Salud no solo tendrá evidentes efectos en la cultura sanitaria, sino que también en el medioambiente global. Es por ello que se espera con la entrada en vigencia de la medida disminuya el ritmo de acumulación de los residuos plásticos y, sobre todo, pueda revertirse parte del «retroceso» en las «costumbres sustentables» de los habitantes.
El próximo 1 de octubre se cumplirán 896 días desde la instauración general de la mascarilla como elemento de protección, la que gracias al avance de Chile a la nueva fase de Apertura no será requerida para acceder ni a espacios cerrados ni a eventos masivos. El anuncio, que fue efectuado por la ministra de Salud, Ximena Aguilera Sanhueza, se fundó en la baja registrada en la tasa de contagios del país y al actual «mínimo histórico» en la ocupación de camas hospitalarias.
Lo anterior, para la directora del Centro COPAS-Coastal, Dra. Camila Fernández Ibañez, podría implicar también una baja en el uso de otros materiales en alza tras la llegada de la pandemia, como lo son los papeles, bolsas, cartones y plásticos desechables.
En ese sentido, la Dra. Fernández advierte que este cese de la obligatoriedad de los elementos de protección personal no necesariamente implicará su supresión. Por el contrario, estos podrían convertirse en parte de nuestra vida cotidiana, como ya ocurre en algunos países asiáticos; lo que para la especialista requerirá de mejores políticas de reciclaje y de la adopción de nuevas prácticas a nivel individual, como cortar los elásticos de las mascarillas antes de proceder a desecharlas.
Efectos en estudio
Aunque aún es difícil cuantificar cuánto ha aumentado la presencia de plásticos desde la llegada del SARS-CoV-2, existen diferentes estimaciones sobre la extensión del fenómeno a nivel global. Así, por ejemplo, la ONG OceansAsia estima que 1,56 billones de mascarillas fueron vertidas al mar solo en 2020, mientras que otras investigaciones afirman que, al 23 de agosto de 2021, las toneladas de plásticos mal manejados ascendían a 8,4 millones en todo el planeta.
Ante esta situación, la directora del Centro COPAS-Coastal afirma es aún muy pronto para saber, a ciencia cierta, qué es lo que ocurre con este tipo de materiales «una vez que se integran al ecosistema marino».
A raíz de lo anterior, la investigadora en Perturbaciones Humanas en Ecosistemas Costeros, pone el énfasis en los «gigantescos» desafíos en cuanto a la gestión de los residuos.
Aunque la situación de los residuos médicos resulta insostenible en el largo plazo, la Dra. Fernández ve en la innovación parte de las respuestas a esta problemática. Por ejemplo, destaca ciertos esfuerzos científicos por reemplazar algunos de los polímeros del plástico por otros de origen vegetal, bajo el objetivo de asegurar su degradación por parte del microbioma oceánico.