A 4 años del inicio del estallido social, en Radio UdeC conversamos con el analista político y director de Asuntos Públicos de Observa Biobío, Lucas Serrano, acerca de lo que ha representado para el país este hito.
En primer lugar, Serrano recordó que era difícil prever que la evasión masiva de los pasajes en el Metro de Santiago iba a terminar convirtiéndose en la revuelta social más importante desde el retorno a la democracia en Chile.
En esa línea, el analista político señaló que tras el estallido se han generado diferentes cambios a nivel político, como voto obligatorio y los procesos constitucionales.
Además, comentó Serrano, las posiciones políticas se han extremado, lo que ha impedido generar grandes acuerdos sociales. “Si uno busca qué gran política pública se ha logrado desde esa fecha, no hay ninguna”, señaló.
Sobre el protagonismo de los partidos políticos, y particularmente de la izquierda tras el estallido y en el primer intento de cambiar la Constitución, el cientista político recordó que con el Plebiscito de salida del 4 de septiembre quedo claro que la izquierda no representó a esas multitudes manifestándose y señaló que a la derecha, encabezada en el Consejo Constitucional por Republicanos, le puede pasar lo mismo.
En ese mismo sentido, destacó que, en cuanto a atribuirse la representación “del pueblo chileno”, los sectores tradicionales ya habían fracasado antes del 18 de octubre de 2019. Asimismo, en cuanto a los nuevos partidos políticos, mucho más fragmentados tras el estallido con el Frente Amplio, el Partido de la Gente o Republicanos, esta representación de las y los electores pareciera ser “circunstancial”.
En cuanto al proceso constitucional actual, Lucas Serrano sostuvo que el interés de la ciudadanía se ha diluido y que la agenda política, además de los problemas económicos, sociales y de seguridad, han hecho que pase más desapercibido que el intento anterior.
De todas maneras, consideró que la propuesta pareciera ser menos ambiciosa que la anterior, aunque aún es difícil proyectar resultados de cara al plebiscito del 17 de diciembre.
Consultado también por el capital político de algunas figuras, particularmente del expresidente Sebastián Piñera, el analista recordó que el manejo temprano del estallido no fue el mejor, sobre todo luego de que fuera el primero en hablar de una “guerra”.
En retrospectiva, Serrano matizó las críticas hacia el segundo periodo de Piñera, considerando el manejo de la pandemia y principalmente con la vacunación contra el covid. Además, comentó que un estallido social como el de hace 4 años no sería fácil para ningún gobierno, incluyendo al actual.
Precisamente, en cuanto a la gestión del actual Gobierno, Lucas Serrano explicó que, debido a la fragmentación del Parlamento, es complejo llegar a grandes acuerdos entre el Ejecutivo y los líderes de izquierda y derecha, por ejemplo, en temas como la reforma tributaria o previsional, pese a que estos temas eran parte de las demandas que gatillaron el estallido.
Además, considerando que uno de los principales tópicos de las movilizaciones era la “dignidad”, “cuesta ver que el gobierno y la clase política avancen en algo así, porque tienen una visión distinta de lo que significa” este concepto.
Siguiendo ese análisis, el cientista recordó que Gabriel Boric no ha contado con el apoyo político que se intuía tras la segunda vuelta presidencial. De hecho, la agenda del Gobierno “ya está detenida” y la contingencia ha impuesto temas como la seguridad o la economía.
Finalmente, Lucas Serrano recordó que durante el estallido no hubo liderazgos políticos y, probablemente agregó, si se preguntara a las personas que más se movilizaron o marcharon por lo que iba a ocurrir en los siguientes 4 años, es decir, los hechos políticos y sociales ocurridos hasta hoy, “no estarían tan conformes”.
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