«Confianza: la clave de la cohesión social y el crecimiento en América Latina y el Caribe» es un libro editado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y presentado a inicios de este año, con la finalidad de orientar a los responsables de la toma de decisiones en su esfuerzo para incorporar la confianza y la cohesión social en las reformas integrales necesarias para abordar los retos más difíciles de la región latinoamericana.
El texto fue presentado este martes en la Universidad de Concepción, en una actividad organizada por las Facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales y Ciencias Económicas y Administrativas. En ese marco, Carlos Scartascini, quien editó el texto junto a Philip Keefer, indicó en entrevista con Radio UdeC que la confianza a veces queda en un lugar relegado en las instituciones y las relaciones, lo que se traduce en un freno para el desarrollo.
Según el libro aumentar la confianza es una gran oportunidad para los países, la desconfianza en el sector privado y público es un obstáculo para el crecimiento inclusivo y, por lo tanto, restaurar la confianza depende de la información y el empoderamiento.
Por lo anterior, al hacer de la confianza un objetivo de la política pública, y no simplemente un subproducto, los países pueden acelerar el crecimiento y el empleo. Las decisiones de invertir, emplear, producir, comprar o vender dependen de la confianza. Las personas más productivas, capacitadas e innovadoras tienen mayores oportunidades económicas en sociedades de alta confianza.
Scartascini, economista que lidera el Grupo de Investigación para el Desarrollo del Departamento de Investigación y el Grupo de Economía del Comportamiento del BID, sostuvo que «si uno quiere una democracia fuerte, necesita una ciudadanía muy comprometida, y la ciudadanía se compromete cuando hay confianza».
Según el libro, la confianza en los gobiernos es baja en la región, lo que dificulta que los ciudadanos exijan mejores políticas y servicios públicos. Cuando los ciudadanos no confían en el gobierno, prefieren costear su propia seguridad, educación y salud, antes que pagar los impuestos y demandar bienes públicos de calidad.
El texto también expone que el sector empresarial tiende a desconfiar de los gobiernos, y esto perjudica la inversión y la productividad. Asimismo, la desconfianza es un obstáculo para la delegación, ya que sólo en ambientes de confianza están los empresarios dispuestos a contratar empleados y a delegar y confiar en otros.
Además, se expone que la desconfianza distorsiona la toma de decisiones democráticas e impide que los ciudadanos exijan mejores servicios públicos e infraestructura, y que se unan entre sí para controlar la corrupción; asimismo, reduce sus incentivos para hacer sacrificios colectivos que benefician a todos.
Al respecto, Sebastián Miller, economista líder del Banco Interamericano de Desarrollo en Chile, comentó la relevancia de fortalecer la confianza, sin olvidar la complejidad del proceso.
Los autores proponen que los gobiernos pueden aumentar la confianza ciudadana con promesas más claras sobre lo que los ciudadanos pueden esperar de ellos, con reformas del sector público que les permitan cumplir sus promesas y con reformas institucionales que refuercen los compromisos que los ciudadanos contraigan unos con otros.
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