Por Bruno Camaggi, director médico nacional de la Fundación Teletón
El trabajo con infancia supone grandes desafíos, puesto que la mirada, la voz y las necesidades de los niños y las niñas primero deben aprenderse a escuchar y validar, para luego comprenderlas en su variedad de significados, en sus distintas etapas de desarrollo y en sus evoluciones, y desde ahí comenzar la tarea de ofrecer un espacio seguro, planificado y organizado para ellos y ellas.
En Teletón el trabajo es diario y hemos aprendido. Los niños y niñas nos han enseñado a leer las necesidades asociadas a la infancia, conforme avanzan los tiempos y los cambios socioculturales, para poder sostener los diferentes espacios, servicios, prestaciones y beneficios pensados para niños y niñas, como también sustentar los procesos que viven en su camino de rehabilitación, inclusión y participación plena. De esta misma forma, el trabajo con las familias, cuidadores y la comunidad se diversifica, organiza y cobra relevancia según las diferentes etapas del curso de vida.
Los niños y las niñas, asimismo, nos han enseñado de sus tiempos y sus procesos. Nos muestran, cada vez, cómo se ve el mundo desde la mirada infantil y cómo debemos ir pensando, diseñando y organizando las intervenciones para que su significado pueda ser integrado desde el espacio infantil.
Las infancias son el camino por el cual hemos aprendido a sostener, confiar y diversificar el mundo, puesto que siempre lo que prevalece es querer entregar universos en los cuales sientan que es posible y seguro vivir.
Ese es el desafío constante de los adultos y a este se suma Teletón, para que los niños y niñas sientan que la rehabilitación, la inclusión y la participación plena es un curso posible de transitar; que tiene aspectos complejos y aprendizaje, pero también disfrute y espacios seguros. Y en esto los y las profesionales de Teletón cumplimos un rol fundamental.
En Teletón creemos que la creación del mundo infantil está llena de códigos, simbolismos, espacios a integrar y a transformar para niños y niñas, pues lo constitutivo de nuestra institución son ellos y ellas, sus contextos y deseos que direccionan nuestro actuar y desafíos, y que posibilitan un proyecto social que convoca a un país completo.
Como diría Winnicott, «dentro de cada niño hay una historia que necesita ser contada, una historia que nadie más ha tenido tiempo de escuchar», siendo importante cada vez que seamos las y los llamados a escuchar y permitir la construcción de mundos subjetivos para niños y niñas, prestándonos como espacios de transición y elaboración.
En el Día Mundial de las Infancias celebramos la declaración de sus derechos, y agradecemos a los niños y niños que hacen posible nuestra tarea, nos hacen capaces de generar un proyecto y nos entregan múltiples aprendizajes. Para todo eso esperamos estar a la altura, puesto que el principal sostén como institución y como país son ellos y ellas.