«En la Constitución de 1980 ni siquiera se nombran las palabras vivienda y habitar». Con esa reflexión, Ricardo Utz Barriga, académico de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía de la Universidad de Concepción (Faug), inició la discusión en el último capítulo de Foro Constituyente UdeC y analizó una problemática que se instaló con el estallido social de octubre de 2019: el derecho a la vivienda.
Al ser consultado sobre qué se entiende por vivienda digna y qué características debería tener una, el arquitecto -en línea con lo expuesto por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas- sostuvo que deben cumplirse siete requisitos: seguridad jurídica de la tenencia, disponibilidad de servicios, gastos soportables, habitabilidad, asequibilidad, localización y adecuada cultura.
«El tema es hablar de una vivienda digna, en donde no se apunte sólo al objeto casa, sino que a las condiciones para vivir dignamente», expuso.
En 2018, un estudio de Fundación Vivienda reveló que en Chile el déficit habitacional cuantitativo alcanzaba las 349.989 viviendas, información que se obtuvo tras el desarrollo de una propuesta metodológica sobre la base de datos censales de 2017, y que implicó la identificación de casas irrecuperables, conteo de hogares allegados y la estimación de núcleos allegados hacinados.
Respecto a la distribución del déficit habitacional por regiones, la misma investigación concluyó que las mayores concentraciones se dan en la zona Metropolitana, Biobío y Valparaíso.