En Nuestra Pauta conversamos con el investigador, docente y Doctor en Sociología de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, Eugenio Tironi, a propósito de los 5 años desde que ocurriera el llamado Estallido Social.

Una de las frases que quedó en la memoria colectiva tras el estallido fue aquella de “No lo vimos venir”, que reflejó la desconexión entre el gobierno y las élites con la ciudadanía. En esa línea, Tironi sostuvo que “bastaba un poco de empatía y sensibilidad” para “conocer las angustias que genera el mercado y sus imponderables”.

Lamentablemente las instituciones y las élites no hemos sido capaces de dar una respuesta adecuada a este grito”, señaló el sociólogo.

En cuanto a los factores que han limitado la violencia social en estos 5 años, el investigador considera que, por un lado, los procesos constitucionales generaron cierto hastío en la comunidad y, por otro, el signo político del Gobierno ha servido como “un calmante o antídoto” frente a la violencia.

Tironi agregó que durante este periodo “nos hemos transformado en militantes o partidarios de la gradualidad”, y si bien hay avances en términos de dar respuesta a las demandas de la sociedad, éstos han sido “demasiado tímidos o lentos”.

Sobre la comparación de la situación social actual y los meses finales de 2019, el sociólogo comentó que “estamos mejor que en los días del estallido” porque hay una sensación general de paz y orden público.

Sin embargo, agrega Tironi, “la vida de las personas está más mala. La situación económica, la sensación de inseguridad y los problemas básicos como salud y pensiones no se han corregido”.

El académico ejemplificó parte de la situación actual, en comparación con 2019, con el proyecto que pondría fin al CAE. “No hay ninguna duda que ha sido otro motivo de asfixia y fue muy importante en el estallido. Pero avanzamos muy lento, fundamentalmente porque tenemos una élite política que no se pone de acuerdo”.

Finalmente, Eugenio Tironi valoró la realización de las próximas elecciones municipales y regionales como “una buena noticia” en cuanto se desarrollen pacíficamente y como reflejo de que la institucionalidad sigue funcionando.

Eso sí, criticó que los partidos políticos no logren ser lo que debieran, es decir, “canalizadores de las ideas y demandas del pueblo, lo que da pie a caudillismos” perjudiciales para la vida democrática.

Por último, en cuanto a los resultados de estas elecciones, el especialista sostuvo que estas “no tendrán un efecto demasiado determinante en la política de los próximos años, considerando que es difícil que haya un giro radical, en una dirección u otra”.

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