El Golfo de Arauco es una zona importante para diversos actores, debido a su alta productividad biológica y la actividad pesquera e industrial que ahí se desarrolla, presentando características hidrográficas que varían a través de las estaciones debido a múltiples procesos naturales. Estos pueden facilitar tanto dicha producción –que
caracteriza al golfo y beneficia a las personas– como al desarrollo de desastres costeros, poniendo sobre la mesa la necesidad de invertir en estudios estacionales que permitan monitorear sus aguas permanentemente y “adelantarse” a dichos eventos.
Así lo demuestra una investigación que estudió sus condiciones hidrográficas y procesos relacionados a lo largo de tres estaciones. “El mensaje que quisimos dejar fue que esta zona, altamente productiva en términos biológico-pesqueros, altamente industrializada y rica en turismo, está bajo el alero de procesos hidrodinámicos y atmosféricos, los cuales pueden gatillar la proliferación de ‘vida’ gracias a la surgencia y alta productividad, así como la ‘muerte’ (varazones) en caso de hipoxia”, afirma la Dra. Odette Vergara, investigadora del COPAS Coastal, quien analizó los datos físicos utilizados en la investigación.
Los resultados del estudio muestran que las condiciones hidrográficas del golfo, sometidas a los procesos mencionados por la Dra. Vergara, presentan una notable variación según la estación en curso. La temperatura superficial del agua, por ejemplo, fue más cálida en verano que en primavera, donde se registraron bajas temperaturas a lo largo de casi toda la costa. La clorofila fue alta en ambas estaciones producto de factores como el aumento de la radiación solar, mientras que el oxígeno abundó en los primeros metros de la columna de agua, detectando bajos niveles hacia el fondo. En tanto, en invierno presentó concentraciones elevadas a lo largo de toda la columna de agua: “esto último denota los relevantes mecanismos de ventilación que presenta esta zona”, señala Vergara.
La importancia de un monitoreo constante
De acuerdo con sus palabras, la investigadora considera que no sólo ella, sino que también más investigadores que han trabajado en el golfo, sugieren continuar realizando estudios de esta índole a lo largo del tiempo, pero no esporádicamente. “Que este programa de monitoreo del Golfo de Arauco, que financió el Ministerio del Medio Ambiente, ojalá pudiese ser permanente”, afirma, agregando que esto permitiría conocer más profundamente lo que está ocurriendo en la zona. Esto se condice con el editorial del segundo número del Volumen 88 de la revista Gayana —publicación especial sobre el Golfo de Arauco en la que se compiló en español el artículo de este y otros estudios– donde se señala invertir en investigación a largo plazo en ecosistemas costeros como parte de un monitoreo robusto que garantice información científica crucial para el desarrollo y ajuste de normativas, con el fin de proteger la resiliencia de ecosistemas como el Golfo de Arauco. Además, de acuerdo con la investigación de la que participó la Dra. Vergara, realizar estudios permanentes también abriría la posibilidad de “adelantarse” a desastres costeros como las varazones.
Esta sugerencia cobra especial relevancia al considerar que investigaciones como la anterior suelen llevarse a cabo gracias a proyectos que eventualmente terminan, y con
ello, el financiamiento necesario. En este caso, el estudio se realizó gracias al Proyecto Red de Monitoreo Ambiental de Ecosistemas Marinos del Golfo de Arauco, el cual fue financiado por el ministerio del Medio Ambiente y se adjudicó al Laboratorio de Oceanografía Química (LOQ) del Departamento de Oceanografía de la Universidad de
Concepción, desde donde los doctores Marco Salamanca y Cristian Chandia invitaron a diversos expertos, incluida la Dra. Vergara, a participar del estudio.
“Este trabajo es relevante no tan solo para la comunidad científica, sino también para todos aquellos que de una u otra forma trabajan en el Golfo de Arauco (desde tomadores de decisiones, pescadores, empresarios del turismo, entre otros), ya que intentamos describir de forma relativamente ‘sencilla’ los principales procesos que gobiernan la estacionalidad de esta zona”, afirma Odette Vergara. Por lo tanto, se puede concluir que el Golfo de Arauco es un lugar único cuyo monitoreo permanente y estacional beneficiaría no a uno, sino a múltiples sectores de la población.