Por: Dr. Eduardo Barra Jofré, Seremi de Salud Biobío

Desde la llegada del Covid-19 a nuestro país el 03 de marzo del 2020, tras el caso de un hombre de 33 años en Talca, confirmado en el laboratorio del Hospital Guillermo Grant Benavente y notificado por el Instituto de Salud Pública, han transcurrido aproximadamente 2 años y 5 meses. A pesar del tiempo señalado, el Sars-Cov-2 (virus Covid) se mantiene plenamente vigente y contagiando en forma persistente a nuestra comunidad, en el curso de un nuevo brote, que ha demorado en bajar su intensidad, causando aún mortalidad, principalmente en los grupos de pacientes de mayor edad, sobre 45-49 años.

Lo descrito confirma lo señalado por múltiples especialistas y académicos a nivel mundial, respecto a que la pandemia permanecerá entre nosotros al menos por 5 años, hasta transformarse en “endémica”, es decir una infección viral con afectación predominantemente respiratoria, que probablemente requiera de una vacunación antiviral anual, definida para grupos objetivos más susceptibles, como ocurre actualmente en nuestro plan de vacunación anual contra la influenza.

La perspectiva señalada, hace relevante el rol de las vacunas y el enorme esfuerzo de vacunar a la mayoría de la población, realizado en nuestro país desde el momento que se dispuso de este recurso contra el Covid-19, producto del desarrollo de los laboratorios de vacunas, asentados principalmente en países del primer mundo, salvo menciones honrosas como Cuba e India.

Desde las experiencias descritas por Edward Jenner en 1796 para descubrir y luego desarrollar la vacuna contra la Viruela Humana, la relevancia de las vacunas ha sido demostrada una y otra vez en el enfrentamiento de diversas enfermedades infecciosas, como la influenza, la poliomielitis, la rabia, la difteria, el tétano, la tuberculosis, la rubeola, el sarampión, la fiebre tifoidea y otras, lo que ha permitido salvar millones de vidas, mejorando la calidad y prolongando el tiempo de vida de la humanidad.

Estos son algunos de los fundamentos que, como Seremi de Salud de la Región del Biobío, nos reafirman la necesidad de insistir y convocar a nuestra población, para que acuda a vacunarse a los lugares dispuestos para ello en sus respectivas comunas, porque solo así podremos proteger la salud pública, retomar una vida en comunidad, más “normal” y plena, con menos riesgos sanitarios y más posibilidades de disfrutar un “Buen Vivir”.