A menos de un mes de las elecciones más grandes de la historia en Chile, Biobío se alista para una jornada que tendrá a más de 1 millón 300 mil personas convocadas a votar el sábado 26 o el domingo 27 de octubre.
En la región, más de 1.700 candidatos competirán por 272 cupos en los Concejos Municipales, Alcaldías, Consejos Regionales y la Gobernación. Además, 17 partidos luchan por un espacio de poder en un territorio marcado por desafíos políticos, sociales y económicos.
En este escenario, el Núcleo de Humanidades y Ciencias Sociales Faro UDD presentó su boletín: “La Batalla por el Biobío: Radiografía a la competencia 2024”, donde destacan que la contienda no solo enfrentará a oficialismo y oposición, sino también a los “partidos de la transición” y los “partidos del post-octubrismo”.
Los primeros incluyen a los bloques tradicionales que han dominado la escena política desde el retorno a la democracia (Partido Comunista, Socialismo Democrático, Democracia Cristiana, Chile Vamos), mientras que los segundos son fuerzas emergentes que han ganado terreno en los últimos cinco años (Frente Amplio, Amarillos/Demócratas, Partido de la Gente, Republicanos y Partido Social Cristiano).
En esa línea, el subdirector de Faro UDD, Miguel Ángel Fernández, doctor en Ciencia Política y uno de los autores del documento, señaló que “existe un declive sistemático, que lleva ocurriendo ya una década, en los partidos tradicionales”, lo que podría generar “un nuevo dibujo del sistema de partidos a nivel regional”.
En detalle, 3 partidos debutan en la región (Amarillos, Demócratas y Social Cristianos), mientras los demás luchan por mantener su poder. Casi todas las fuerzas han visto una disminución en su militancia en los últimos 3 años, con excepciones como Republicanos, que han crecido. Las caídas más notables son del Partido de la Gente (-18%), la Democracia Cristiana (-12%) y la UDI (-12%), reflejando una tendencia generalizada, salvo en Republicanos y el Frente Amplio.
Además, los partidos compiten ferozmente al interior de sus propios sectores. Mientras RN, UDI y Evópoli pierden militantes, Republicanos crece con 166 candidatos. La Democracia Cristiana disminuye en membresía y candidaturas (65 concejales), mientras Demócratas y Amarillos suman más de 120. El PDG también busca aumentar sus 4 concejales con más de 70 candidaturas y el bloque PS-PPD y Radicales compiten con más de 250 candidatos entre ellos, además de enfrentar al Frente Amplio (67) y al Partido Comunista (57).
Por otro lado, el volumen regional de nuevos votantes para la elección de octubre podría ser significativo. La elección de 2023, única con registro automático y voto obligatorio, mostró un aumento de hasta 108% en la participación, con un 63% de participación efectiva.
En el aumento del padrón destaca el incremento del 140% en votantes mayores de 70 años y del 127% en menores de 29, reforzando la idea de una competencia generacional y oportunidades para partidos emergentes.
Al respecto, Fernández sostiene que el aumento porcentual de votos válidos “basta para cambiar cualquier resultado electoral visto en el pasado”.
La elección de octubre muestra que el 37% de las candidaturas a concejales y el 35% a consejeros regionales del Biobío están representadas por mujeres, logrando un récord histórico en la región. También se alcanza la mayor cifra de candidaturas femeninas a alcaldías con un 22%.
Y pese a que en la candidatura a la Gobernación Regional el porcentaje cayó del 35% en 2021 al 28% en 2024, esto representa solo una candidatura menos, por lo que la participación femenina sigue en aumento elección tras elección en los comicios locales.
Todos estos factores, incluido el récord de candidaturas independientes apoyadas por partidos, generan “un escenario de alta incertidumbre y expectación” a nivel político y ciudadano.
Incluso, Miguel Ángel Fernández plantea que los resultados de esta jornada electoral permitirán sacar cuentas más o menos alegres (según las cifras de cada sector) y, además, “proyectar la estrategia de cara a la supervivencia de cada partido en la próxima década”.
Cabe señalar que la mayoría de los partidos tradicionales, como el PS, PPD, DC, RN y UDI, enfrentan esta elección con su militancia más baja en 7 años. En cambio, el Partido Comunista, el Frente Amplio y el Partido Republicano mantienen su fuerza, con este último en crecimiento.
Con esto, y con el debut de Amarillos, Demócratas y el Partido Social Cristiano, se anticipa una reconfiguración del poder político regional. Además, el aumento de candidaturas independientes refleja cómo los partidos tradicionales, debilitados, recurren a nuevas estrategias para mantenerse competitivos, lo que será clave para las elecciones de 2025.