La Seremi de Salud dio a conocer los primeros resultados regionales de la Encuesta Nacional de Salud, Sexualidad y Género, aplicada entre agosto y diciembre de 2023, tras 25 años, con el objetivo de conocer las características de salud sexual de la población de 18 años y más.
Un total de 20.392 encuestas se aplicaron a nivel nacional, 1.869 de ellas en doce comunas de la Región del Biobío. Isabel Barrera, encargada de Equidad y Determinantes de la Salud de la Seremi, explicó los detalles técnicos de este estudio y su aplicación y destacó el alto interés mostrado por las comunidades encuestadas.
El instrumentó se aplicó en las comunas de Chiguayante, Concepción, Florida, Hualpén, Hualqui, Penco y Talcahuano, en la provincia de Concepción; Cabrero, Los Ángeles, Tucapel y Yumbel, en Biobío; y Curanilahue, en la provincia de Arauco.
Junto con señalar que “los resultados permitirán generar una línea base de conocimiento científico y estimar prevalencias nacionales, describir conductas asociadas a la sexualidad, además de diseñar, implementar y evaluar políticas públicas en esta materia”, el seremi de la cartera, Dr. Eduardo Barra, profundizó en la información obtenida y su relevancia en el actual contexto nacional.
“Sin duda, la población ha tenido un cambio en estos 25 años en educación sexual y salud, ese cambio significa un mayor conocimiento y respeto de la diversidad y por supuesto una mayor tolerancia a la diversidad en sexualidad y género”, relevó.
Principales resultados regionales
Respecto de la identidad de género, más del 98% de la población de 18 años o más se identifica como cisgénero, 1,4% como transgénero o no binario; mientras que en materia de orientación sexual, un 93,6% de la región se identifica como heterosexual y un 4,2% como homosexual, lesbiana, bisexual o con otra denominación.
La vida sexual en la región promedió un 4,9 de calificación, en una escala del 1 al 7, donde se observa una diferencia entre la evaluación entregada por hombres y mujeres, con notas de 5,1 y 4,6 respectivamente.
En relación a la salud sexual de la mujer, un 68,2% de quienes tienen 50 años y más se ha realizado una mamografía durante los últimos tres años, cifra que disminuye al 15,8% al limitar el examen al último año. Sobre el PAP, un 84% de las mujeres de 18 años y más de la región se lo han realizado en los últimos 3 años, cifra que desciende al 29,9% el último año.
En materia de orientaciones normativas, el 79,5% de los encuestados de la región se manifestaron de acuerdo con que la homosexualidad es una forma de vivir la sexualidad tan válida como cualquier otra; el 72,5% declara que aceptaría si uno de sus hijos o hijas les declarara que es homosexual, lesbiana, bisexual o de otra orientación y un 22,4% señala que no sabe cómo reaccionaría; mientras que el 54,6% se manifiesta de acuerdo con el derecho de la mujer a interrumpir su embarazo. Las mujeres y los segmentos etarios más jóvenes presentan porcentajes de aceptación más altos en las tres materias evaluadas respecto a orientaciones normativas.
Otros resultados interesantes dan cuenta de que un 63,8% de los entrevistados de la región declararon que los temas sexuales no se conversaban cuando eran niños o niñas; mientras que el 98,4% de las personas que tienen pareja en la región declararon exclusividad respecto a dicha relación.
Consultados acerca de algunos comportamientos sexuales, la edad promedio de la primera relación sexual voluntaria corresponde a los 17,9 años; y el 20,7% de los encuestados iniciados sexualmente siempre usaron condón en los últimos 23 meses, donde el grupo de 18 a 29 años obtiene la proporción más alta con 42,9%.
El Dr. Barra profundizó en la necesidad de combatir el desconocimiento y educar en torno a los métodos anticonceptivos y la prevención de infecciones de transmisión sexual. “Es muy importante definir conductas destinadas a abordar esto desde una manera amplia, muy criteriosa, pero también muy consciente de la realidad que enfrentan hoy en día todas nuestras poblaciones, no solamente los jóvenes”, aseguró.
En esta línea, la autoridad también se refirió al “estigma” asociado a las infecciones de transmisión sexual y el impacto de la falta de información en torno a estos temas, especialmente en las generaciones mayores.
Estos datos, concluyó, ratifican que “claramente hay una evolución de nuestra sociedad en positivo, pero todavía nos falta. Es insuficiente en muchos aspectos”.