Hasta el 12 de noviembre se desarrollará en Glasgow, Escocia, la COP26, conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. Representantes de 190 gobiernos, empresarios, dirigentes, líderes y lideresas de opinión participan de este encuentro internacional.
La urgencia por evitar que el aumento de la temperatura del planeta supere los 1,5ªC es cada vez mayor, más aún teniendo en cuenta el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) dado a conocer este año y que indica que las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de las actividades humanas son responsables de un calentamiento de aproximadamente 1,1ºC respecto de la época pre-revolución industrial.
En conversación con Nuestra Pauta, el Dr. Ricardo Barra, director del Centro Eula y académico de la Facultad de Ciencias Ambientales UdeC, recalcó la trascendencia que tiene esta cumbre internacional, principalmente para conseguir el cumplimiento de los acuerdos internacionales que buscan evitar el incremento de temperatura y lograr la carbono neutralidad al año 2050.
El académico indicó como uno de los principales problemas para concretar estos acuerdos a la falta de compromiso de los países que emiten la mayor cantidad de gases de efecto invernadero a nivel mundial, como China, Estados Unidos y la Unión Europea.
La COP26 retoma la tradición anual de este encuentro, tras su suspensión en 2020 producto de la pandemia de Coronavirus. La versión 2019 fue encabezada por Chile e iba a efectuarse en Santiago, sin embargo, el estallido social obligó a su traslado a Madrid, España.
Respecto del rol que jugó el país encabezando la COP, el Dr. Barra sostuvo que «fue una cumbre frustrada» ya que no se cumplieron varios de los objetivos a los que Chile, como presidencia, había aspirado, como los mercados de carbono y avanzar hacia el término de los subsidios a los combustibles fósiles.
Emergencia ambiental en la Nueva Constitución
El Dr. Barra destacó la relevancia que la discusión ambiental ha tenido dentro del proceso constituyente, señalando que «Chile es un país que depende de sus recursos naturales para su desarrollo, y si los agotamos o si terminamos con nuestra biodiversidad, estamos prácticamente mordiendo la mano que nos da de comer».
Finalmente, el investigador recalcó que esta conversación «tiene que tener un carácter urgente. Por ejemplo, venimos hablando de la megasequía desde 2015 y recién este año generamos una política para combatirla (…) Mientras más tiempo pase, el costo de no hacer nada es demasiado caro y lo pagamos entre todos».
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