Cuestionamientos no sólo desde la oposición, también a nivel interno, generó la reacción de las nuevas autoridades de gobierno a los hechos que terminaron este viernes con un carabinero disparando su arma de servicio en medio de una manifestación y con un joven repartidor herido.
Al mismo tiempo en que desde el Ministerio del Interior se calificaban los hechos como «gravísimos» y se solicitaban los sumarios correspondientes, figuras como la ministra de Bienes Nacionales, Javiera Toro, plantearon a través de redes sociales la prioridad de «refundar» Carabineros a propósito de este incidente.
Sin embargo, evidencia dada a conocer durante el fin de semana demostraría que el funcionario policial efectivamente habría seguido los protocolos y actuado en defensa propia, al ser golpeado por manifestantes.
En este contexto, el diputado oficialista Gonzalo Winter (CS), afirmó que su sector «tiene un problema con Twitter (…) una cierta pulsión de escalada alimenticia en donde si no condena rápidamente un hecho, con la poca información que tiene, como que viene una sensación de que te conviertes en cómplice».
Por su parte, el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, sostuvo que es necesario «no caer en la lógica del péndulo, donde las interpretaciones y acusaciones apresuradas muchas veces ocultan la realidad (…) Muchas veces las redes sociales apresuran a que uno emita un juicio y es algo que no podemos hacer».
Versiones de prensa señalan que desde el Gobierno se le habría pedido a los ministros restringirse a opinar sólo de las materias relacionadas con sus áreas.
Sobre este tema, el académico de la Facultad de Comunicaciones, Historia y Ciencias Sociales de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Javier Martínez, manifestó que más que un problema particular de la nueva coalición gobernante, este fenómeno responde «a la tónica de las redes sociales», sin embargo, recalcó la necesidad de establecer protocolos oficiales de manejo de estas herramientas.
Manuales de estilo y asesoría en el uso de las redes fueron algunas de las recomendaciones entregadas por el académico, entendiendo que «cualquier publicación que los actuales líderes realicen hoy tiene una connotación mucho más profunda».
Otro punto clave, afirmó, es «retomar las confianzas» con los medios de comunicación tradicionales.
Finalmente, consultado sobre el eventual impacto que pudiera tener en el actuar del Gobierno la presión de las redes sociales a favor de proyectos como el retiro de fondos previsionales, Javier Martínez sostuvo que «el primer mes será de instalación, de establecer prioridades (…) se esperan respuestas rápidas a las inquietudes y habrá que ver cómo se orienta la agenda», pero que aún no es posible establecer una relación estrecha entre la reacción en redes y el impulso de medidas específicas.
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