El anuncio de la suspensión indefinida de operaciones de la siderúrgica Huachipato, ante la imposibilidad de competir en igualdad de condiciones con el acero chino, no sólo preocupa por su impacto en la economía regional y la pérdida de puestos de trabajo, sino que ha reabierto el debate en torno a la situación de la industria nacional en una economía interconectada y abierta al mundo.
En medio de esta discusión, Vanessa Elizondo Cerda, académica del Departamento de Derecho Económico de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales y jefa de la carrera de Derecho del Campus Chillán UdeC, profundizó en dos conceptos clave para entender la crisis: dumping y sobretasas.
El dumping es la práctica de vender mercancías en un mercado extranjero a un precio inferior al precio normal de mercado en el país de origen, principalmente producto de subsidios. Al verificar la existencia de esta situación en Chile, el organismo técnico que es la Comisión Antidistorsiones recomendó la medida preliminar —en medio de una investigación en curso— de sobretasas para bolas y barras de acero, en un porcentaje menor al solicitado por la compañía.
La sobretasa, explicó la docente, “busca aumentar el costo y por tanto el precio de venta a nivel nacional para, de alguna manera, ‘sacar del juego’ a ese subsidio y aproximarlo al costo que tendría en su país de origen”.
El porcentaje de esta salvaguarda y el actuar de la Comisión Antidistorsiones, agregó, depende de los insumos que se les presentan. “Con los mismos antecedentes, es muy difícil que pueda recomendar una tasa más alta”, recalcó.
Respecto de las iniciativas parlamentarias que buscan imponer sobretasas a ciertos productos importados, incluso por la vía de reformas constitucionales, la académica sostuvo que “se trata de alternativas complejas, porque van en contra de los tratados internacionales”.
“Lo primero que tienes que probar es dumping y luego determinar ese subsidio que tendría esta mercancía importada que está ingresando al país (…) Medidas como establecer por decreto una sobretasa sin ningún punto de referencia o a cualquier mercadería que fuera estratégica acá en Chile y que se quisiera proteger, va en contra de los tratados internacionales y la normativa internacional”, detalló.
Más compleja es la chance de revisar los detalles de los acuerdos de libre comercio suscritos por el país, ya que a juicio de la especialista, “la posibilidad que uno tiene es renunciar al tratado y ya no hay tratado, porque cualquier revisión tiene que ser de común acuerdo”.
En esta línea, indicó que tocar estos puntos “puede beneficiar a una industria ahora, pero puede generar daños, por ejemplo, en nuestra industria que exporta hacia el extranjero (…) Se puede hacer, pero necesitamos que sea de común acuerdo, por lo que ambas partes tienen que tener interés en revisar estos aspectos. La segunda alternativa es que yo renuncie a ese tratado, pero eso tiene otro tipo de consecuencias”.
Las dificultades para dar una respuesta a la crisis se evidencian, a juicio de Vanessa Elizondo, en que “tampoco podemos permitir la intervención absoluta del estado, porque podemos caer en lo mismo que hoy tiene China (…) No es llegar y hacer, hay que pensar muy bien qué se puede hacer y en qué ámbitos se puede intervenir”.
“China es un socio comercial muy relevante de las cosas que nosotros exportamos, además de todo lo que importamos, cuántas de las cosas que compramos dicen ‘Made in China’. Es un escenario muy complejo y quizás se acá lo que se pudo haber hecho es más bien iniciativas de corte local, de cómo apoyar la industria local en temas de eficiencia”, concluyó.
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