El “Día de la Liberación”. Así fue descrito por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el anuncio de la imposición de aranceles adicionales del 10%, como mínimo, a las importaciones de prácticamente todos los países del mundo, bajo de la excusa de que el país norteamericano sería víctima de un intercambio comercial injusto.
Pese a tener un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, la decisión de Trump fue de imponer un 10% para los productos chilenos, con excepción del cobre y la madera, como indicaron autoridades nacionales. Más allá de los cuestionamientos al Presidente Boric por sus comentarios respecto del líder estadounidense, lo cierto es que Chile se ubica en la franja más baja de estos aranceles, con el mismo porcentaje de Argentina y lejos de las tarifas aplicadas a China (34%), la Unión Europea (20%) y Corea del Sur (25%).
En línea con lo anticipado de manera casi unánime por economistas, empresarios, expertos bursátiles y líderes políticos, los nuevos aranceles han remecido los mercados del mundo, y la proyección, a partir del desempeño de las bolsas asiáticas y europeas, es que este 7 de abril podría ser un “Lunes Negro” a nivel financiero.
Para el economista Ariel Yévenes, se trata de una medida errónea desde la perspectiva teórica, y también por el momento en el que se toma la decisión.
Ante este escenario, proyectó una baja en el crecimiento de la economía global, de la que no estarían exentos en Estados Unidos.
Respecto de la situación chilena, el académico afirmó que “todavía es muy pronto para hacer el pronóstico de efectos económicos directos sobre algunos productos o sobre la economía general”.
“Hay que esperar la respuesta que van tener los otros países del mundo. En el peor de los casos, esta medida unilateral solo se queda en EE.UU, sin embargo, en el peor de los casos se puede desatar un efecto generalizado en distintos países, que vayan respondiendo también de esta manera”, explicó.
Ese, recalcó Yévenes, podría ser el escenario más complejo para una economía como la chilena, “pequeña y muy dependiente de los flujos internacionales”. Por esta razón, aseguró que un desafío para las autoridades e instituciones es apostar por la diferenciación y la apertura de nuevos mercados, en línea con la reciente visita presidencial a la India.
Consultado por el margen de acción desde Chile, el economista planteó la necesidad de un acompañamiento a los productores locales para su inserción en el mercado internacional.
De todas maneras, Yévenes reconoció que “la apertura de nuevos mercados no va a ser tan fuerte como lo que vivimos, por ejemplo, a fines de la década del 90, cuando Chile tuvo un trabajo activo en la firma de acuerdos con mercados. Sería un efecto más reducido, sin embargo, ir a profundizar relaciones comerciales con grandes mercados, como la India, va en la línea de apoyar a los productos chilenos con una inserción internacional más activa”.
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