La emergencia que enfrenta por estos días la Región del Biobío, producto de la imposibilidad de utilizar el Puente Ferroviario, reactivó la discusión en torno a las deficiencias en materia de infraestructura pública que permita resolver los problemas de conectividad.
Anuncios sin concretar, proyectos postergados y obras abandonadas se han convertido en una historia repetida a nivel regional. A partir del colapso vial experimentado en marzo de 2022, la concreción de estas obras parece ser urgente.
Al término de la reunión en la que se confirmó el cierre del centenario viaducto por 60 días, el gobernador Rodrigo Díaz reflexionó acerca de la fragilidad que vive la región y sostuvo que «mientras otras regiones disminuían sus brechas de infraestructura, nosotros tuvimos que reemplazar lo destruido en el terremoto de 2010».
En esta línea, un informe del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI) dado a conocer en la última semana, situó a Biobío como una de las zonas con menor inversión en infraestructura pública por habitante.
Junto con reconocer que «no se ha avanzado con las obras necesarias para la región», la delegada Daniela Dresdner afirmó que el compromiso de la actual administración es dar respuesta a la necesidad y la urgencia, entendiendo además «la precariedad en la que nos encontramos».
El senador Gastón Saavedra planteó la necesidad de contar con una estrategia de infraestructura, acorde con la realidad productiva de Biobío. «Tenemos que pensar estratégicamente la región (…) No podemos pensar sólo en lo inmediato, porque vamos a seguir enfrentando problemas como este», aseguró.
Un llamado a «no ser indolentes» realizó el diputado Eric Aedo, quien criticó la «lentitud en la toma de decisiones y la falta de voluntad global para impulsar las obras que necesitamos».
El parlamentario relevó la importancia de obras como la ruta Pie de Monte, que a su juicio debe avanzar «sin quedar presos del chantaje de grupos activistas» y planteó que «tenemos que abrir la discusión» en torno a la posibilidad de autopistas concesionadas o proyectos similares.
Una visión similar planteó la diputada Marlén Pérez, quien llamó a acelerar las obras del nuevo Puente Ferroviario, cuya entrega está programada para 2025; y del Puente Industrial, que estaría terminado el segundo trimestre de 2024.
La crisis de conectividad no sólo afecta al Concepción Metropolitano. La diputada por el Distrito 21, Flor Weisse, llamó a «dejar de reaccionar a los hechos, lo que tenemos que tener es una proactividad que no se ha visto (…) Necesitamos unidad de propósito para insistir, ser tomados en cuenta y ser prioridad en las decisiones para el poder ejecutivo».
Finalmente, el alcalde de Concepción y presidente de la Asociación de Municipios de la Región del Biobío, Álvaro Ortiz, lamentó que la emergencia del Puente Ferroviario se dé en un momento en que «avanzábamos en soluciones para mejorar los tiempos de desplazamiento».
En paralelo a las obras de infraestructura, planteó, deben aplicarse con rapidez los plantes de mejoramiento en conectividad, con medidas como vías exclusivas y fiscalización, y fortalecer los espacios de trabajo que agrupen a todos los actores involucrados en esta materia.
De acuerdo con lo informado por EFE, las obras de reparación del Puente Ferroviario se extenderán por sesenta días. Sin embargo, la revisión en paralelo de todas las cepas que estructuran el viaducto podría evidenciar otras anomalías que retrasen la reapertura. Actualmente, cerca de 30 mil personas se desplazan por esta ruta a través del servicio de Biotren, sin considerar la relevancia de esta vía para el transporte de carga.