Durante tres años continuos de investigaciones, un equipo de científicos de Japón y Chile lograron instalar instrumentos de medición sísmica en el fondo marino para registrar y conocer mejor la zona denominada “Punto Triple”, donde se unen las placas tectónicas de Nazca, Antártica y Sudamericana, área de alto interés científico. El problema: su difícil acceso, pues se trata de la zona oceánica del sur de Chile, con fuertes vientos y oleajes, lejos de urbes con servicios y apoyo logístico.
El Punto Triple se ubica frente a la costa, cerca de la Península de Taitao, en la Región de Aysén; donde además la Dorsal de Chile –una pequeña cordillera submarina y expansión activa entre las placas de Nazca y Antártica- se hunde debajo de la Placa Sudamericana.
Una vez en la zona, tras días de navegación y preparación, el equipo investigó la sismicidad y la configuración tectónica del área, especialmente la asociada con la subducción de la dorsal.
En el grupo de expertos estuvo el doctor en sismología y académico del Departamento de Geofísica de la Universidad de Concepción Matt Miller y el magíster en Geofísica de la misma casa de estudios Carlos Tassara. Ambos viajaron al Punto Triple de Chile junto a investigadores de la Universidad de Tokio, de la Universidad de Chile y de la Agencia Japonesa de Ciencia y Tecnología del Mar y la Tierra, con el apoyo del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico y de la Armada.
El grupo de investigación ya había realizado las primeras observaciones en esta zona utilizando cinco sismómetros de fondo oceánico entre 2009 y 2010. Por ello, ahora regresaban para analizar la misma área en un rango de frecuencia más amplio, por lo que instalaron 13 sensores, incluyendo 8 de banda ancha, hasta una profundidad de 3.000 metros.
El resultado –publicado hace algunas semanas en el Journal of South American Earth Sciences- fue la detección de más de 2.100 sismos locales, de magnitudes entre -0,3 y 5. Los terremotos ocurrieron de manera activa a lo largo de la Dorsal de Chile y en la Zona de Fractura de Darwin, que es el área donde se “rozan” las placas Antártica y de Nazca, antes de subducir bajo la Placa Sudamericana. “Allí existe una brecha sísmica en los 46.4° Sur, es decir, es una zona desde donde se diferencia claramente el tipo predominante de falla, si ésta se ubica hacia el sur o hacia el norte de esta división”, explica el artículo científico.
Al norte de la brecha sísmica se producen sismos de falla normal periódicamente a lo largo de la Dorsal de Chile, lo que indica una apertura continua de la dorsal. Estas fallas señalan una separación entre dos bloques. En contraste, los terremotos al sur de la brecha sísmica, donde la Dorsal de Chile ya ha sido subducida bajo la Placa Sudamericana, ocurren de manera intermitente y están dominados por fallas inversas, o sea, por movimientos tectónicos en que un bloque sube respecto del otro que baja. Estos últimos terremotos están asociados a la subducción de la Placa Antártica bajo la Sudamericana.
En el proceso de estudio se logró identificar una falla transformante local, 10 kilómetros al norte de la brecha sísmica, que probablemente se formó debido al efecto de la subducción de la dorsal. Este tipo de fallas indican un movimiento paralelo entre dos bloques.