En un escenario global marcado por la alerta de la viruela del mono, la Región del Biobío cuenta con una notable ventaja comparativa para anticipar y prevenir brotes virales, incluso antes de que los contagiados manifiesten sus primeros síntomas. Este avance se debe a la implementación del Centro de Vigilancia de Aguas Residuales Centinela Biobío, una iniciativa pionera que entrega información clave para la toma de decisiones sanitarias oportunas.

Durante los últimos dos años, el equipo inauguró un laboratorio especializado y adquirió tecnología que les permitió tomar 6.455 muestras de aguas residuales en 30 comunas de la región. Este esfuerzo resultó en la identificación de 20 patógenos, 14 tipos de drogas y tres genes de resistencia a antibióticos, situando al Biobío a la vanguardia de la red de alertas tempranas basadas en el análisis de aguas residuales. Este logro convirtió a la región en el tercer centro de Latinoamérica en ser admitido en la Red Internacional de Laboratorios de Aguas Residuales.

Esas fueron algunas de las cifras y aportes que se dieron a conocer en la ceremonia de cierre del proyecto en su fase de financiamiento a través de un FNDR. Ante la presencia de autoridades regionales de distintos ámbitos, el Dr. Matías Hepp, director de Centinela Biobío, subrayó la importancia del sistema de alerta temprana para enfrentar una nueva pandemia o determinar la resistencia a antibióticos, una de las grandes preocupaciones sanitarias del siglo XXI. “Hemos trabajado de la mano con la Seremi de Salud, que nos ha hecho requerimientos específicos. Así, pudimos prepararnos para detectar, por ejemplo, la viruela del mono antes que la OMS decretara la alerta internacional”, precisó Hepp.

Este proyecto también ha abierto caminos para mapear el consumo de drogas por comuna, facilitando, por ejemplo, la creación de planes preventivos y nuevas estrategias de Senda y la PDI. Un ejemplo significativo es el análisis del consumo de “Tusi”, una sustancia compuesta principalmente de ketamina. “Si bien partió de manera estacional, hoy registra presencia constante, detrás de la marihuana y cocaína”, explicó Andressa Reis, directora alterna del proyecto. Asimismo, advirtió que dos comunas concentran la mitad del consumo regional, una información crucial para la planificación de intervenciones.

Continuidad necesaria

El gobernador Rodrigo Díaz subrayó que Centinela Biobío es un ejemplo de las iniciativas que el Gore busca apoyar: “Iniciativas que apuntan a la vanguardia científica en beneficio de la calidad de vida de los habitantes de nuestra región. En estos dos años, Centinela Biobío ha hecho aportes significativos, y la idea es que en poco tiempo su trabajo sea un insumo que esté presente en todas las decisiones y estrategias de la autoridad sanitaria”, recalcó.

Andrea Gutiérrez, encargada de epidemiología de la Seremi de Salud, valoró el rol que Centinela Biobío ha desempeñado en la vigilancia epidemiológica en la región. “Nos ayudó a partir de la pandemia con insumos bastante importantes y nos sigue orientando en apoyar y en mejorar nuestros informes, nuestra vigilancia epidemiológica (…) será un insumo bastante relevante para apoyar la vigilancia y enriquecer los informes que nosotros tenemos y las alertas próximas que tenemos que dar tanto a la comunidad general como a la comunidad clínica”, comentó.

Finalmente, Antonio Brante, vicerrector de Investigación y Posgrados de la UCSC, enfatizó la necesidad de buscar nuevas fuentes de financiamiento tras la finalización del FNDR, con el fin de asegurar la continuidad del proyecto. “Nuestro objetivo es seguir avanzando con esta iniciativa y garantizar su sostenibilidad en el tiempo, buscando los medios de financiamiento necesarios. Aspiramos a que este esfuerzo desemboque en una política pública tanto a nivel regional como nacional”, concluyó.