La Sala de la Cámara aprobó, en general y en particular, el proyecto que fija un nuevo fraccionamiento entre el sector pesquero artesanal e industrial. Este será de carácter permanente y afectará a las cuotas globales de captura de diversas pesquerías.
El texto, enviado a segundo trámite, busca garantizar un desarrollo sostenible e inclusivo de la actividad pesquera. Para ello, se impulsa un modelo de gobernanza que promueva la equidad y transparencia en el uso y conservación de las especies hidrológicas. Se espera abarcar la captura, extracción, caza, recolección y acuicultura, tanto dentro de la jurisdicción nacional como en alta mar.
Para dicha división (separada de la Ley de Pesca que se tramita hace diez meses en el Congreso Nacional), el mensaje del Ejecutivo considera los desembarques reales realizados, en consideración a antecedentes científicos y registrales.
En la mayoría de las pesquerías se otorgó más porcentaje a la pesca artesanal. Ello, según señalaron sus impulsores, con el fin de corregir una distorsión arbitraria de la actual Ley de Pesca.
El ministro de Economía, Nicolás Grau recalcó que es relevante que se genere consenso para dar estabilidad y justicia a un sector económico, que ocupa el décimo lugar como potencia pesquera mundial. En esa línea, valoró el trabajo liderado por el subsecretario de Pesca, Julio Salas, y por la Comisión de Pesca de la Cámara, que sesionó en varias regiones del país para recoger opiniones y lograr acuerdos respecto al fraccionamiento.
La autoridad explicó que se legisla un artículo específico de la Ley de Pesca en forma aparte porque no existe disposición de un sector político para discutir en tiempos razonables la nueva ley, ya que se ha buscado dilatar el debate.
Los informes de las comisiones de Pesca y Hacienda fueron rendidos por los diputados Jorge Brito (FA) y Miguel Mellado (RN), respectivamente. Posteriormente, se pasó al debate parlamentario.
La diputada María Candelaria Acevedo (PC) sostuvo que “las condiciones de equidad han mejorado muchísimo”, aunque reconoció que hay aspectos técnicos de esta discusión que deberán ser revisados en instancias posteriores para “asegurar certezas a los distintos actores de la pesca”.
Por su parte, parlamentarios de la UDI y del Partido Republicano plantearon su preocupación por la posible pérdida de empleos en plantas industriales de la región del Biobío. A su vez, dijeron que están en contra de la regulación de cuotas de mercado y señalaron que esto significará el aumento en el costo para los consumidores.
En este contexto, el diputado Sergio Bobadilla (UDI), criticó la “inconsecuencia” de las autoridades del Ministerio de Economía.
En Biobío, el sector industrial se ha opuesto desde el primer momento a esta iniciativa. Al igual que en Valparaíso, donde se registraron manifestaciones en el frontis del Congreso Nacional en paralelo a la votación, sindicatos de la pesca industrial se concentraron en la Plaza Tribunales de Concepción para rechazar la aprobación de este proyecto.
Hugo Roa, presidente del Sindicato de Tripulantes Industriales del Biobío y miembro del Personal Embarcado Industrial del Biobío, fue especialmente crítico con las autoridades nacionales, afirmando que “los trabajadores no queremos este mamarracho que no obedece a una discusión técnica”.
El dirigente indicó que la situación más crítica para la pesca industrial de la región para por el fraccionamiento del jurel, la sardina y la jibia.
Roa profundizó en la molestia de los sindicatos industriales con los diputados de oposición de la Región del Biobío por respaldar esta iniciativa, con la excepción de Sergio Bobadilla, y que advirtió que “les pasaremos la cuenta cuando llegue el minuto”.
En tanto, Juana Silva, presidenta de la Federación de Sindicatos de Trabajadores de la Industria Pesquera de la Región del Biobío (Fesip) se refirió al impacto que el fraccionamiento tendrá a futuro para la actividad productiva regional, afirmando que “el Gobierno señala que está saldando una deuda con el mundo artesanal, sin embargo, lo hacen castigando al mundo de la industria (…) En unos cuantos años más, Chile tendrá una deuda mayor con el Biobío producto de esta ceguera”.
“No nos podemos quedar de brazos cruzados”, aseguró la dirigenta, y sostuvo que buscarán que el Senado revierta el avance del proyecto.
A través de una declaración pública, el Instituto Regional de Administración de Empresas (Irade), cuestionó la aprobación del fraccionamiento, señalando que “cuando el Estado modifica acuerdos previamente establecidos se vulnera el principio básico de confianza que debe existir entre el Estado y el sector privado”.
Cambiar las reglas establecidas, agregaron, “atenta contra la estabilidad jurídica, las expectativas legítimas de las empresas, afectando en este caso, la viabilidad de miles de empleos formales”.
Finalmente, emplazaron al Gobierno, recordando que en el reciente Encuentro Regional de la Empresa, Erede, el Presidente Gabriel Boric “se comprometió a recuperar la industria chilena a partir de la Región del Biobío, con su pleno respaldo al Plan de Fortalecimiento Industrial (…) nos parece que la suma urgencia a este proyecto por parte del Ejecutivo, no se condice con el espíritu de sus palabras”.
Fraccionamiento propuesto
El proyecto determinó la siguiente distribución de los recursos hidrobiológicos y áreas para el sector pesquero artesanal e industrial:
- Anchoveta y sardina española: desde Arica a Coquimbo; 80% para el sector artesanal y 20% para la industria.
- Anchoveta y la sardina común: desde las regiones de Valparaíso a Los Lagos; 90% para la pesca artesanal y 10% para el sector industrial.
- Merluza común: entre Coquimbo y Los Lagos; 70% al sector artesanal y 30% a la industria.
- Merluza de cola: entre Valparaíso y Magallanes; 15% para la pesca artesanal y 85% para la industrial.
- Merluza del sur (o austral): para la región de Los Lagos; 70% para la pesca artesanal y 30% para el sector industrial. Entre Aysén y Magallanes; 63% para el sector artesanal y 37% para el sector industrial.
- Congrio dorado: entre la Araucanía y Los Lagos;70% para el sector artesanal y 30% para el industrial. Entre Aysén y Magallanes; 63% para el sector artesanal y 37% para el sector industrial.
- Merluza de tres aletas: entre Los Lagos y Magallanes; con 5% para la pesca artesanal y 95% para la industria.
- Camarón nylon: entre Antofagasta y Biobío; 25% a la pesca artesanal y 75% a la industria.
- Langostino colorado: entre Arica y Coquimbo; hasta las 700 toneladas de la cuota global será para la pesca artesanal. Entre las 701 y 2.100 toneladas, el sector artesanal conservará 700 toneladas y el exceso será para el sector industrial. Sobre las 2.100 toneladas, el 30% de la cuota global será para el sector pesquero artesanal y el 70% para el sector industrial.
- Langostino amarillo: área marítima comprendida por las regiones de Arica y Parinacota, de Tarapacá, de Antofagasta, de Atacama y de Coquimbo; 40% para la pesca artesanal y 60% para la pesca industrial.
- Raya: desde La Araucanía a Magallanes; 97% para la pesquería artesanal y 3% para la industria.
- Jibia: a nivel nacional; 90% para la pesca artesanal y 10% para la pesca industrial.
Jurel y reineta
El jurel es la principal pesquería nacional en volumen, tanto a nivel económico y comercial. El recurso representa el 80% de la recaudación fiscal por desembarques, según se informó en la Comisión de Pesca.
Respecto al aumento de cuota global de captura del recurso jurel se origina en medidas de administración de la Organización Pesquera del Pacífico Sur, en su fracción industrial. Al respecto, se aplicará como regla que todo aumento de la cuota global igual o inferior al 15% será íntegramente subastado mediante asignación de licencias transables tipo B (sector industrial).
Sobre el tema, se aprobó una cuota dinámica en distintos territorios. De este modo, entre Arica y Antofagasta se establece entre un 80% a 90% para el sector industrial; y entre 20% y 10%, para la pesca artesanal. Entre Atacama y Los Ríos, de 65% a 75% para la pesca industrial; y de 35% a 25%, para la artesanal.
Mientras que, para la Región de Los Lagos será entre 80 a 90%, para la industria, y de 20 a 10%, para la pesca artesanal.
Por otra parte, el texto incluyó, a petición de diputadas y diputados de la comisión, la pesquería de la reineta. Esta es una especie migratoria y no tiene fraccionamiento actual. Así, quedó establecida una división de 90% para la pesca artesanal y 10% para la industria.