Las protestas comenzaron en Santiago y se han replicado en distintos puntos del país. La demanda es una sola: recibir con urgencia ayuda necesaria para sobrevivir por el periodo de confinamiento exigido por la autoridad sanitaria para enfrentar la pandemia de Covid-19.
Manifestaciones por hambre, inéditas desde la vuelta a la democracia, se convirtieron en el símbolo de la arista más compleja del coronavirus: la crisis económica y social que, a la fecha, se refleja en un desempleo del 9% a nivel país (según los datos del trimestre febrero-marzo-abril entregados por el INE), y en más de 600 mil trabajadores con sus contratos suspendidos a través de la Ley de Protección al Empleo, sin contar la realidad de otros dos millones de trabajadores, entre independientes e informales.
Según el académico del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales UdeC, Manuel Antonio Baeza, el shock producido por una pandemia cuya solución no se ve en el corto plazo, generando una situación de espera prolongada; genera además un deterioro inédito en la situación económica, que podría derivar en un retroceso en los avances logrados por el país durante las últimas tres décadas.
Para el investigador, se trata de una situación extremadamente delicada, primero por el dilema entre salud pública y economía, pero además, por la crisis de “elementos estructurales” que enfrenta el país.
En línea con esta visión, el director de Infocap Concepción, Simón Acuña, sostuvo que la crisis ha sido un golpe fuerte para comunidades históricamente frágiles, que enfrentan la pérdida del trabajo y la incertidumbre en torno a cómo será su situación en el corto y mediano plazo; una falta de seguridad que vuelve aun más complejo respetar las indicaciones sanitarias.
Por este motivo, planteó Acuña, se hace necesario dar certezas, pensar en ayudas estables y urgentes destinadas a los segmentos en mayor riesgo de retroceder en sus condiciones de vida, teniendo en cuenta que muchas personas, asumiendo el peligro al que se exponen, salen a trabajar porque no tienen otra opción para subsistir.
Las medidas de solución, para el Dr. Baeza, deben ser estratégicas. A su juicio, no basta con acuerdos sino que se requiere responsabilidad de las élites, altura de miras, generosidad y visión de estado para responder a la dimensión del problema.
El tejido social se activa para ayudar a los más vulnerables
Ante tan complejo escenario, distintas agrupaciones a lo largo de todo el país se han organizado, en torno a ollas comunes, canastas solidarias y campañas de recolección de alimentos y productos de limpieza e higiene personal, desde sus propios territorios -cumpliendo con las medidas sanitarias correspondientes- pero también aprovechando las redes sociales como lugar de encuentro y coordinación. “El pueblo ayuda al pueblo”, se repite como lema.
La Asamblea de Mujeres de Talcahuano es una de estas instancias. Una red de trabajo territorial que desde los últimos días de marzo ha brindado ayuda a quienes más lo necesitan con la entrega de canastas de productos y la realización de ollas comunes.
Andrea Becas, vocera de esta asamblea surgida tras las movilizaciones de octubre pasado, indicó algunas de las motivaciones que las llevaron a enfocar su labor en este ámbito, en una de las comunas con la cifra más alta de casos a nivel regional y graves problemáticas sociales.
Quienes deseen colaborar o solicitar la ayuda de la Asamblea pueden hacerlo a través de sus redes sociales o en la Iglesia Santa Cecilia, los lunes y jueves entre 14 y 18 horas.
Otra agrupación surgida con el objetivo de apoyar con un plato de comida a aquellos que lo necesitan es el Colectivo Comedor Social, quienes han recibido donaciones de la ciudadanía y preparado ollas comunes en poblaciones de Concepción, Hualpén y Talcahuano.
En el otro extremo del Gran Concepción, en tanto, Avíspate Chiguayante, se ha constituido como una red de recolección y entrega de alimentos y productos de primera necesidad en la comuna.
Otra iniciativa es 2 mil amigos para 2 mil familias, que busca ir en ayuda de habitantes de San Pedro de la Paz, Coronel y Lota sin ingresos económicos producto de la pandemia.
A partir de la experiencia de su barrio en Concepción Centro y con el objetivo de generar un espacio de sistematización donde organizar y recopilar las distintas iniciativas solidarias que han surgido ante la emergencia, Elena Henríquez creó la cuenta Ollas Comunes Concepción a través de Instagram. Para ella, esta labor ha permitido impulsar la coordinación y fomentar el vínculo entre distintas asambleas territoriales, campañas y colectivos que surgen como actos de solidaridad y apoyo mutuo en la ciudad.
Todas estas iniciativas comparten una idea en común: la dignidad, especialmente para quienes reciben los aportes, pero también en aquellos que los realizan. Como indicó Henríquez, “la donación es un gesto de agradecimiento a personas que hoy no pueden trabajar por las condiciones sanitarias (…) no hay que caer en el show de la caridad”.
Crédito foto: RFI/AFP y DiarioConcepción