La elección de este 19 de diciembre no solo ha generado una alta crispación en el ambiente, sino que también una gran incertidumbre respecto de los resultados. Lo anterior, en el caso de la región del Biobío, es aún más agudo, dado que el comportamiento de los votantes no ha sido totalmente regular en los balotajes acaecidos durante la última década, lo que ha dado lugar a algunas tendencias claras, como la preponderancia de la participación femenina, y a otras más bien puntuales y pasajeras, como el sorpresivo aumento en la cantidad de votantes en la segunda vuelta de 2017.

Por ejemplo, en 2009 el padrón electoral del Biobío se componía de 1.078.871 personas, y de ellas, un 83,56% acudió a sufragar en la primera vuelta presidencial. De ese porcentaje, un 53,67% correspondió a presencia femenina. En aquella oportunidad, Sebastián Piñera fue la carta favorita en la región, con un 42,55% de los 901.600 votos válidamente emitidos bajo una modalidad obligatoria. Ello permitió al actual mandatario asegurar su paso junto con Eduardo Frei, quien entonces marcó un 32,94%.

La participación en el balotaje de ese año fue ligeramente mayor, con un incremento de un 1,03%, mientras que el resultado fue, por lo menos, ajustado en la sumatoria de las provincias de Biobío, Ñuble, Arauco y Concepción, dado que Sebastián Piñera resultó ganador con solo 0,3 puntos porcentuales por sobre Eduardo Frei.

La preponderancia de la votación femenina observada en aquella oportunidad no es una situación particular de 2009, sino que una tendencia general desde el retorno a la democracia. Ello, para la analista y académica de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo (UDD), Lesley Briceño, constituye una muestra de la constante búsqueda de las mujeres por una mayor participación en los espacios de poder.

 

Años más tarde, en las elecciones presidenciales, parlamentarias y de consejeros regionales de 2013, se registró una notoria baja en la participación, dado que acudieron solo 852.410 de los 1.638.968 ciudadanos habilitados para sufragar en la región, es decir, un 52% del padrón. Dividido por sexo registral, las mujeres acumularon el 54,67% de los votos válidamente emitidos, frente a solo un 45,32% masculino. En dicha oportunidad, Michelle Bachelet se instaló en la siguiente etapa con el 50,80% de las preferencias en la región, seguida por Evelyn Matthei, quien obtuvo el 22,02%.

Para el balotaje del 15 de diciembre de 2013, la participación regional se redujo al 44,65%. El involucramiento por sexo no registró variaciones significativas, dado que la presencia femenina aumentó en solo un 0,38% respecto de la votación anterior. No obstante, las distancias más claras se vieron reflejadas en los resultados, dado que Michelle Bachelet resultó electa con un 64,62% de los votos en el Biobío, frente al 35,38% obtenido por Evelyn Matthei.

Para Briceño, este retroceso en el total de votantes entre la primera y la segunda vuelta puede explicarse, en primer lugar, por factores como la baja competitividad de la elección.

 

En ese sentido, Briceño advierte que las diferencias estadísticas en la participación política entre 2009 y 2013 se deben al limitado crecimiento que el padrón electoral venía experimentando desde el retorno de la democracia y hasta antes de la promulgación, en 2012, de la ley Nº 20.568 que regula la inscripción automática y el voto voluntario. Por ello, explica que aunque la entrada en vigencia de dicha normativa elevó el universo de votantes, la cantidad de electores se mantuvo relativamente estable e, incluso, en algunos casos disminuyó.

Aunque lo anterior posee diversas causas, para Briceño la clave está en ciertos aspectos estructurales, como es la desafección de la gente hacia la política, tema que ha sido central durante los últimos dos años.

 

Por lo anterior, en 2017 nuevamente la cantidad de votantes se redujo en un 5,22%, con 807.897 personas. Por sexo, la tendencia se mantuvo favorable a las mujeres, las que sumaron el 54,59% de los votos válidamente emitidos. Así, Sebastián Piñera aseguró su paso a la segunda vuelta con el 37,29% del total. También lo hizo Alejandro Guillier, con el 22,49%, mientras que Beatriz Sánchez (15,98%), José Antonio Kast (11,16%), Carolina Goic (6,25%) y Marco Enríquez-Ominami (5,22%) quedaron fuera de competencia.

En la región, Sebastián Piñera se impuso por sobre Alejandro Guillier con el 58,53% de las preferencias en el balotaje del 17 de diciembre de ese. Allí, la participación total en el Biobío aumentó en un 7,97% respecto de la primera votación, con incrementos de 29.368 sufragios en el caso de las mujeres y 35.014 para los hombres.

Tal como ocurrió en 2017, la segunda vuelta de este domingo se prevé altamente disputada. Ello, para Briceño, se debe principalmente a la utilización de la polémica como herramienta política, lo que ya había sido observado en otros países como Brasil, Estados Unidos o Reino Unido; al ambiente crispado y a la agresividad que tanto candidatos como partidarios han demostrado tanto en sus acciones como en sus discursos, los que han tendido a una mayor polarización.

 

Finalmente, Briceño reflexiona que sea quien sea el ganador en la región, no triunfará solo con votos duros, sino que sumando los de personas que hoy están dentro del rango de la dispersión y que tal vez no están tan convencidos con los proyectos planteados. Ello, advierte, debe tenerse en consideración antes de calcular los apoyos con los que contará el próximo mandatario.