Este miércoles, la Onemi entregó un nuevo reporte sobre las condiciones de los incendios forestales a nivel nacional. Se informó que hay 50 siniestros registrados, de los cuales 18 se encuentran activos, 29 controlados y tres fueron extinguidos. En ese marco, la entidad comunicó que los focos de mayor relevancia y preocupación se encuentran en las comunas de Requínoa y Machalí (O’Higgins), Quillón (Ñuble), Los Sauces, Angol, Lumaco y Carahue (La Araucanía), Puerto Montt y Castro (Los Lagos), ya que totalizan más de 18 mil hectáreas consumidas.
Al respecto, el Dr. Cristian Echevería, académico del Departamento de Manejo de Bosques y Medio Ambiente de la Facultad de Ciencias Forestales UdeC, mencionó que «en la costa del centro sur de Chile existen extensas superficies de monocultivos, llegando hasta 300 mil hectáreas continuas, es decir, 150 a 180 kilómetros de un tipo de ecosistema -en este caso, plantaciones forestales- que se extienden de manera continua», explicando que «es el resultado de la falta de planificación territorial, donde el propietario puede realizar el cambio de uso de suelo que desee, sin ningún tipo de límite o de impacto que se pueda prever a gran escala. Es así como es importante que se implementen y mejoren los instrumentos de planificación territorial, según las condiciones climáticas que vivimos, como también respecto del uso que se le da al territorio».
El ingeniero forestal agregó que «hoy hay de instrumentos: Los PROT (Planes Regionales de Ordenamiento Territorial) y los planes comunales. Ambos deberían interactuar, ser vinculantes y considerar la capacidad adaptativa de los paisajes al momento de su planificación».
Sobre el riesgo que representa el incendio en Quillón, el investigador mencionó que se estaba acercando al Cerro Cayumanque, un área de alto valor de biodiversidad, por lo que la amenaza a la biodiversidad de los paisajes es inminente. Por ello, recalcó que «es necesario abordar esa vulnerabilidad, mediante una adecuada planificación territorial. Varias especies que están hoy amenazadas de extinción han experimentado una perdida de su distribución en Chile y una disminución de sus poblaciones producto de incendios forestales de origen antrópico»
En relación a la regeneración de los territorios afectados por las llamas, el experto expuso que «el potencial de recuperación varía, pero la naturaleza tiene capacidad de recuperación de forma innata. Esa propiedad de resiliencia es un atributo propio de muchos ecosistemas. Lo que tenemos que hacer es dejar que la naturaleza haga su trabajo de recuperarse, y eso tiene que ir acompañado de un adecuado trabajo con los propietarios y con enfoque multisectorial».
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