Los senadores Alfonso De Urresti, Gastón Saavedra (ambos PS), Luz Ebensperger (UDI), Rodrigo Galilea (RN) y Ricardo Lagos (PPD), con el apoyo de legisladores de distintas bancadas, ingresaron a fines de noviembre en la Cámara Alta una propuesta de reforma constitucional que busca superar la fragmentación del sistema político, estableciendo entre otras medidas, un umbral de un 5% de los votos emitidos para ingresar al Congreso y la pérdida del escaño del legislador que renuncie al partido por el cual fue electo.
La iniciativa, que comenzó su debate en la Comisión de Constitución del Senado, ya enfrenta el rechazo de los partidos pequeños, lo que anticipa una áspera tramitación, especialmente si llega a la Cámara de Diputadas y Diputados en medio de un año electoral, como será 2025.
Para el Dr. Christopher Martínez Nourdin, director alterno del Núcleo Milenio sobre Crisis Políticas en América Latina – CRISPOL, y académico del Departamento de Administración Pública y Ciencia Política de la Universidad de Concepción, se trata de una propuesta “insuficiente, pero necesaria”.
Respecto de la viabilidad que pueda tener este proyecto, el investigador sostuvo que “quizás esta insuficiencia, el ser más simple, pueda ser el secreto del éxito en caso de que se logre aprobar”. De todas maneras, afirmó que “se necesitan otras medidas para que la gente vea el efecto de esto”.
El Dr. Martínez profundizó en la importancia de reformar el sistema político, un tema que, si bien está lejos de las prioridades ciudadanas, “la gente sufre sus consecuencias negativas cuando está fallando”.
La indisciplina partidaria o la existencia de los “díscolos”, agregó, “impiden lograr grandes acuerdos sobre temas importantes y esas dificultades las paga la gente”.
Sobre los aspectos centrales de la propuesta, y en la línea de una columna de opinión publicada en el diario La Tercera, el académico UdeC afirmó que si bien el umbral del 5% y la sanción a quienes renuncian al partido por el cual llegaron al Congreso son necesarios, faltan temas a considerar, como el término de la figura del independiente apoyado por una colectividad.
“¿Qué pasa cuando los independientes tienen un mal desempeño en el Congreso? Como ciudadanía, como votantes, no podemos castigar o recompensar a ese tipo de legisladores (…) Cuando existe un partido detrás, hay alguien que “paga la cuenta”, el independiente no tiene eso y es un problema súper grave”, planteó.
Otro punto a considerar, según el especialista, es la revisión del actual modelo de financiamiento público y los aportes del Servel, a fin de evitar la proliferación de candidaturas “sin fin ni viabilidad”.
Finalmente, el Dr. Martínez relevó la necesidad de abordar lo que ocurre en las elecciones subnacionales (regionales y locales), donde se combinan papeletas con más de 60 candidatos y escasa información sobre las candidaturas en competencia y las funciones que cumplen cargos como concejales o consejeros regionales.
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