A Sergio Morales le gusta escuchar los programas que graba para la radio. No es por vanidad, sino porque ama lo que hace. Este sentimiento es el que dio paso al libro “Historias de radio”, que fue presentado este jueves, donde relata pasajes de los 50 años que le ha dedicado a los medios de comunicación.
Sobre la forma de estructurar el relato, el autor destaca que se divide en tres partes, abarcando historias ocurridas dentro del estudio, otras asociadas al mundo del espectáculo, y una sección dedicada a su experiencia como relator deportivo. Para él, es un texto “modesto, pero entretenido”, que si bien se centra en encapsular su experiencia, también se lee como un retrato de la época.
La idea de redactar sus vivencias nace en la pandemia. Morales, que en ese entonces trabajaba desde su casa, se vio en la necesidad de ocupar en algo su tiempo libre. Entonces comenzó a rememorar historias acumuladas tras décadas dedicadas al mundo radial. Con todo eso en mente, decidió traspasar sus memorias al texto.
En cuanto al proceso de escritura, destacó que no fue tan complejo. Como el material ya estaba, era cosa de encontrar las palabras adecuadas para reflejarlo.
Dentro de las razones para plasmar sus vivencias, señaló que es una forma de “dejar un testimonio para las generaciones futuras” y mostrar una forma particular de hacer radio. En este punto, también destacó la posibilidad de mostrar el detrás de escena que los oyentes desconocen.
Consultado por alguna historia que le guste destacar, Morales contestó con lo ocurrido en la navidad de 1978. Él quería lograr que todos los habitantes de Concepción se unieran en una voz, por lo que coordinó a los editores de las radios penquistas para transmitir en conjunto un mensaje navideño y la canción Noche de paz.
“Estoy permanentemente ligado al mundo cultural de Concepción”
Oriundo de Angol, llegó a Concepción en marzo de 1974. En ese entonces, se encontró con un panorama cultural escaso. Con la dictadura ya instalada en el gobierno, comenzó el denominado “apagón cultural”, concepto con el que se denomina a la drástica reducción de actividades artísticas durante el régimen. Morales señala que este fenómeno “fue fuerte, se notó y se vivió”.
Luego de aproximadamente ocho años de apagón, el locutor rescata que, entremedio de peñas folclóricas que solían ser clandestinas, surgieron artistas que ayudaron a regenerar el tejido cultural penquista. En esos años, Sergio Morales comenzó con el programa Cantores que reflexionan, centrado en canciones de artistas jóvenes que rompieron el esquema de la época.
En contraste con dicho escenario, Morales valoró la amplia y variada oferta actual de espectáculos. Aprovechó el comentario para recalcar tanto el potencial como el deber de las radios a la hora de difundir estos eventos. Sobre lo mismo, destacó que los músicos emergentes siguen recurriendo a este medio para dar a conocer sus creaciones.
Además de este contacto con los artistas contemporáneos, Morales es un apasionado por la música clásica. Su favorito es Chopin, y al preguntarle cuál de sus obras recomendaría, se decantó por las polonesas que compuso el artista polaco. Por esto mismo, siempre está atento a los espectáculos de canto lírico y de la orquesta.
Entre su gusto por escuchar interpretaciones de compositores clásicos y su mirada hacia los músicos en desarrollo, comentó que se siente “permanentemente ligado al mundo cultural de Concepción”.
“Donde jugaba la U. de Conce, ahí estaba la radio”
Morales confiesa que a lo largo de su carrera le ha gustado asumir desafíos. Quizás por ese motivo su mayor pasión está en el relato deportivo, área en la que incluso llegó a transmitir para CDF. Admite que no fue tarea fácil, pero la adrenalina que le generaba lo motivaba a seguir.
Ante eso, también destaca que uno de sus mayores hitos fue en 1994, durante los primeros pasos en Tercera División del Club Deportivo Universidad de Concepción. El constante contacto con los jugadores, los dirigentes y el técnico lo hizo cada vez más hincha, tanto del equipo como de la universidad en general.
“Yo lo conozco desde que nací”
Algo relevante para él es generar programas con contenido, que no se limiten a lo superficial. Cree que esa característica de su trabajo es responsable de la posición que tiene dentro de las radios regionales. “Siento que me he ganado el respeto de la gente” comentó, a lo que añadió que se identifica con las palabras del dramaturgo irlandés George Bernard Shaw: “Dichoso es aquel cuya profesión coincide con su pasión”.
Esa cercanía con la comunidad la ha constatado en varias oportunidades. “Yo lo conozco desde que nací” le comentó el cantante Nico Ruiz en una ocasión. Ruiz creció escuchando la Radio UdeC, era la única emisora que sintonizaban en su casa, por lo que el timbre grave y solemne de Morales era una compañía frecuente. Esa es una anécdota que Morales contó, pero probablemente se repite en distintos hogares penquistas.
Sergio Morales sólo escucha radios locales. Le interesa saber qué sucede en Concepción, que se complementa con su labor difundiendo la cultura local desde su emisora. Tiene dos tatuajes: una figura del campanil y un micrófono, cada uno en un brazo. Ambos elementos ya eran constitutivos de su persona, pero ahora están literalmente en su piel.
«Historias de Radio: 50 años» se puede adquirir en la Pinacoteca de la Universidad de Concepción.