Este miércoles 2 de octubre, el Ejército israelí desplegó más unidades de infantería y blindadas en el sur del Líbano y aseguró que estas se suman a lo que ha denominado en los últimos días “incursiones localizadas” contra objetivos de Hezbolá.

Estos últimos movimientos se producen justo un día después de que Irán, que respalda a Hezbolá, lanzara al menos 180 misiles contra Israel. En las últimas horas, el Estado de mayoría judía y la República Islámica han intercambiado nuevas amenazas, en medio de la mayor escalada de enfrentamientos en años, que promete prolongarse.

Guido Larson, docente de la Facultad de Gobierno UDD, señala que el escenario político, aun considerando los recientes bombardeos y amenazas, sigue siendo de un “riesgo calculado. Pero siempre está el problema de los imponderables, que pueden llevar la situación hacia otra dirección”.

El especialista agrega que, “dada la incertidumbre, no podemos saber si [las partes] están abiertas a algún tipo de resolución”, considerando que “ocasionalmente, las situaciones de crisis son las que permiten la apertura hacia la opción de paz”.

En cuanto a la opción de que el conflicto escale y se involucren otros países, el académico sostuvo que “por ahora, esto estará concentrado en grupos no estatales como Hamás, Hezbolá o la yihad islámica”, y descarta una “guerra abierta” entre Israel e Irán, lo que no implica que continúen estas “respuestas a objetivos específicos” entre ambos.

Cabe señalar que, tras el ataque iraní, el Gobierno de Benjamin Netanyahu declaró persona non grata al secretario general de la ONU, António Guterres, y le prohibió la entrada a Israel.

Al respecto, Larson explica qué papel puede jugar realmente la ONU y la comunidad internacional ajena a Medio Oriente en este conflicto. “No es baladí que haya una Carta Fundamental y que órganos subsidiarios como la Corte Penal Internacional estén investigando”.

De todas maneras, agrega que “esto no se va a resolver por intervención de Naciones Unidas, sino que en base a presión diplomática”. Y el único país que puede ejercer esa presión, por sobre la ONU, es Estados Unidos.

Eso indica que, tácitamente, Estados Unidos está aceptando la situación tal cual como se está desarrollando en Medio Oriente”, sobre todo considerando las próximas elecciones presidenciales. “Si se observa que esto se sale de control puede que haya una intervención mayor”, concluye.

Desde Tel Aviv, el corresponsal de Radio Francia Internacional, Daniel Blumenthal, señala que “Irán prometió volver a atacar sólo después que Israel lance la represalia anunciada luego del ataque masivo con misiles, pero es de estimar que Israel se abstendrá de contraatacar durante la fiesta [del año nuevo judío], justamente para evitar la reacción iraní”.

Sobre la percepción de la comunidad, el corresponsal explica que “en estos momentos la dividida sociedad israelí se une. Israel está al borde de verse involucrada en una guerra regional de dimensiones y consecuencias inimaginables, pero la realidad es que esa guerra comenzó ya hace un año”.

Por último, cabe señalar que diferentes analistas políticos y críticos del gobierno israelí han manifestado que el Primer Ministro Netanyahu no tiene una estrategia clara sobre qué quiere lograr Israel y qué debe hacer para lograrlo.