Como una forma de avanzar en el trabajo preventivo contra los incendios forestales que afectan al Biobío en temporada estival, el Gobierno Regional forjó una alianza de trabajo en conjunto con la Corporación Nacional de la Madera (Corma) y la Corporación Nacional Forestal (Conaf), buscando fortalecer la labor efectuada con entidades públicas como Senapred y la Delegación Presidencial Regional.
Este esfuerzo mancomunado tiene por objetivo que Corma y Conaf puedan contribuir en la limpieza de terrenos de los privados, sobre todo, quienes tienen bosques aledaños a la línea de caminos públicos, para la construcción de cortafuegos.
Ante la magnitud del desafío y la alerta máxima que vive la región durante la temporada, los alcaldes de dos de las comunas más afectadas por incendios, como Penco y Tomé, fueron invitados a sumarse al trabajo preventivo.
El gobernador Rodrigo Díaz reiteró que las proyecciones indican que producto del fenómeno de La Niña “vamos a tener una temporada más riesgosa (…) Por lo tanto, hemos visto la necesidad de adelantar el trabajo de reducción de material que está en los bosques”.
Respecto del vínculo con los municipios, Díaz detalló que “lo que estamos haciendo es pedirles que tengan el diagnóstico de sus riesgos y planes de trabajo. Y a través de esto, buscamos la cooperación pública y privada para tener una mejor respuesta, ya que, para combatir la magnitud de los incendios, no sólo basta con lo público”.
Por su parte, el alcalde de Penco, Víctor Hugo Figueroa, agradeció la oportunidad de responder a una problemática que los servicios públicos y municipalidades no pueden resolver dentro de sus facultades, que es intervenir en terrenos de privados. “El gran problema que tiene nuestra región es que las grandes forestales logran ejecutar sus cortafuegos, pero los pequeños parceleros que tienen bosques lamentablemente no tienen la capacidad de hacerlo de forma oportuna”, planteó.
Del mismo modo, la alcaldesa de Tomé, Ivonne Rivas, indicó que “estas acciones concretas se suman a las labores que estamos realizando en cada una de las comunas (…) es muy importante que estas alianzas público y privada avancen, para no afrontar más incendios como el que nos afectó en febrero del año pasado”.
La jefa comunal profundizó en las complejidades particulares de Tomé, especialmente en sus zonas rurales.
Tras la emergencia del verano de 2023 y al alero del plan Biobío se levanta impulsado por el Gobierno Regional, destacan avances como el desarrollo de un sistema integrado de teledetección, que incluye cámaras robóticas, drones y satélites. Esta tecnología avanzada ha mejorado significativamente la capacidad de detección temprana y respuesta rápida a los incendios.
Además, la región ha fortalecido su infraestructura de prevención con la instalación de 2.780 kilómetros de cinturones de protección y la preparación de 144 comunidades para identificar y limpiar zonas de riesgo.
En julio pasado, se estableció un protocolo de acuerdo con 16 medidas para la prevención y combate de incendios. Entre estas medidas se incluyen un sistema integrado de teledetección de incendios, la disponibilidad de agua para combate, la disminución de la ocurrencia y daño por incendios forestales de origen eléctrico, la movilización y concentración de recursos aéreos y terrestres previos a la emergencia, el mejoramiento de las alertas tempranas preventivas, y la disponibilidad de aeronaves de gran envergadura, aviones tanqueros y helicópteros grandes y pesados durante la temporada.