Por: Sandra Quintana, seremi del Trabajo y Previsión Social del Biobío.
En medio de un mundo laboral en constante evolución, la búsqueda de un equilibrio entre la vida personal y profesional se ha convertido en un desafío cada vez más urgente. En este contexto, la implementación de la Ley de las 40 Horas semanales en Chile representa un paso significativo hacia el Trabajo Decente, la construcción de un entorno laboral más justo y equitativo.
Uno de los principales beneficios de esta medida radica en la conciliación entre la vida laboral y personal, al brindar a las y los trabajadores más tiempo para dedicar a sus familias y ejercer labores de cuidados. Esta redistribución del tiempo no sólo mejora la calidad de vida, sino que también fortalece los vínculos familiares y contribuye a un mayor bienestar emocional y mental. Así como también, abre un espacio tan esperado e importante como lo es la corresponsabilidad parental, la cual no sólo beneficia a las y los trabajadores, sino también a niñas y niños.
Las bandas horarias son una de las medidas de la Ley. Por ejemplo, si un trabajador ingresa por contrato a las 9.00 horas y sale a las 17.00 horas, podrá adelantar el ingreso a las 8.00 y retirarse a las 16.00; o bien, retrasar la entrada a las 10.00 y salir a las 18.00. De esta manera se genera un equilibrio, pues madres, padres y cuidadores de niñas o niños menores de 12 años podrán adecuar su ingreso o salida a los horarios escolares.
En consecuencia, las 40 Horas se traducen en un avance en la igualdad de género. Tradicionalmente, las responsabilidades familiares han recaído de manera desproporcionada en las mujeres, lo que ha contribuido a la persistencia de desigualdades en el ámbito laboral y social. Sin embargo, con la reducción de la jornada laboral, se espera que se produzca un cambio en esta dinámica, permitiendo a ambos responsables del cuidado participar de manera más equitativa en la crianza y en las responsabilidades domésticas.
En resumen, las bandas horarias bajo la Ley de 40 Horas en Chile representan una herramienta clave para promover la conciliación entre la vida laboral y personal y a su vez, fomenta una cultura laboral basada en la confianza y el compromiso mutuo.