Por: Leidy Peña, Licenciada en Física y Estudiante del Magíster en Astronomía UdeC.
‘Adiós, Cancún’, ‘au revoir, París’, ‘see you later, New York’. El turismo espacial ha hecho que algunos millonarios cambien las ciudades más atractivas del mundo por algunos días de vacaciones en un ambiente de gravedad cero. El viejo sueño de salir de la Tierra y acercarse a las estrellas ya no es ciencia ficción ni está reservado a los astronautas profesionales, ni a los entes gubernamentales. Es el comienzo de una nueva era, la del turismo espacial.
De momento, han sido sólo unos pocos los afortunados en realizar este viaje, pero las empresas del sector privado, como por ejemplo Space Adventure Ltd., trabajan en una variada oferta de vuelos para experimentar la gravedad cero, entrenamiento nivel cosmonauta en la Ciudad de las Estrellas en Moscú, y también salidas al espacio exterior.
Europeos, americanos, rusos y latinos se encuentran en la carrera privada del turismo espacial, con estudios en diferentes universidades que van desde investigaciones relacionadas al comportamiento del cuerpo humano en condiciones del espacio exterior, hasta grandes proyectos como el del ex astronauta Franklin Chang Díaz con Ad Astra Rocket Company, que trabaja en desarrollar un motor de plasma para naves espaciales.
Se suma el multimillonario Richard Branson con Virgin Galactic, que planea lanzamientos suborbitales para misiones científicas; el empresario de Las Vegas Robert Bigelow, quien desarrolla con su equipo módulos inflables para que sean lanzados al espacio y sirvan de hotel; el emprendedor John Vickers con su empresa de entrenamiento para astronautas amateurs Blue Abyss; y el famoso Elon Musk con Space X que tiene una visión más abierta de exploración a la Luna y Marte. Todos estos proyectos poseen distintas perspectivas, pero el mismo propósito de llevar a la humanidad a explorar el espacio.
El padre de la cosmonáutica, Eduardovich Tsiolkovsky (1857-1935), decía que “La Tierra es la cuna de la humanidad, pero no podemos vivir para siempre en una cuna”. El ser humano siempre se ha visto motivado a explorar lo que hay más allá del cielo que vemos. Hasta ahora sólo unos pocos pueden costear un viaje de esta magnitud, pero muchos son los intentos que se proponen en los próximos años para abaratar sus costos y que este sueño sea posible para más personas. Así que en unas no muy lejanas vacaciones, nos veremos en las estrellas…