A poco más de dos años de iniciada la invasión terrestre del ejército ruso en suelo ucraniano, diferentes factores generan preocupación por la escalada del conflicto en Europa. La reciente victoria electoral de Vladimir Putin, que lo mantendrá en el poder, al menos, hasta 2030 y un eventual retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos; el cambio conceptual interno de “operación militar especial” a “estado de guerra” (aun cuando Rusia no le ha declarado la guerra a Ucrania o a otro país) y el atentado que dejó más de 130 fallecidos y otro centenar de heridos en un concierto el viernes pasado.
Para profundizar en este tema, en Nuestra Pauta conversamos con la académica y directora del Centro de Estudios Europeos UdeC, Paulina Astroza Suárez, quien señala, en primer lugar, que si bien la incursión rusa en Ucrania comenzó en febrero de 2022, para la población ucraniana la guerra comenzó con el “Euromaidán” hace ya 10 años.
La analista explica que el hecho de cambiar esta declaración por parte de Rusia, de “operación militar” a “estado de guerra”, tiene un efecto más interno que externo, considerando que en la práctica “hace rato están en guerra, con o sin declaración”.
El rol de Francia
Si bien el conflicto genera preocupación en los gobiernos europeos, tanto en la Unión Europea como en la Otan, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha adoptado este último tiempo “cierto liderazgo” en la oposición a Rusia con declaraciones “bastante audaces”, tendientes a enviar tropas europeas a combatir en suelo ucraniano. Eso sí, su principal contraparte en la Unión Europea, el canciller alemán Olaf Scholz, ha tratado de bajar el perfil de esas declaraciones oponiéndose al envío de tropas.
Para la especialista en Relaciones Internacionales, la estrategia de Macron también está influida por las futuras elecciones europeas, donde las encuestas muestran un avance importante de la ultraderecha, liderada en Francia por su principal rival Marine Le Pen.
Además, agrega Astroza, “no es llegar y mandar tropas de la Otan a enfrentarse a los rusos”, considerando que Ucrania no pertenece a ese bloque y, más relevante, una agresión directa a cualquier país de la Otan implica un ataque a todo el colectivo. En ese escenario, “todos podrían responderle a Rusia, lo que se ha evitado al máximo”.
Atentado terrorista en Moscú
En medio del conflicto, el pasado viernes 22 de marzo el grupo extremista “Estado Islámico” (a través de su facción Khorasán, que se originó en Afganistán y opera en ese país y Pakistán principalmente, con una dura campaña en el frente interno contra los talibanes) reivindicó la autoría de un atentado que dejó a más de 130 fallecidos y un centenar de personas heridas en un centro de espectáculos en Moscú.
La reivindicación fue validada por Estados Unidos, que ya había alertado a otros países, incluso a Rusia, sobre posibles atentados masivos contra civiles, aunque el gobierno ruso no ha hecho comentarios sobre la reivindicación de los yihadistas mientras estén investigando.
“La investigación está en curso y no sería correcto que la administración presidencial comentara los avances de la investigación. No lo haremos”, declaró este lunes el portavoz de Vladimir Putin, Dimitri Peskov y añadió que el presidente no tenía previsto por el momento visitar el Crocus City Hall, lugar en el que se perpetró el atentado.
Elecciones presidenciales en Estados Unidos
Otro factor relevante en este conflicto, y en otros tantos alrededor del mundo como Medio Oriente y la crisis en Gaza, la situación en las costas de China o Sudán del Sur, es quién será el próximo presidente de Estados Unidos, tomando en cuenta que Donald Trump ha señalado en su campaña que, si los países de la Otan no cumplen con su inversión en defensa y Rusia los ataca, no habrá defensa para ellos de parte de los Estados Unidos.
Cabe señalar que esos mismos dichos han levantado algunos temas, hasta hace poco tabú en Europa, como la idea de tener un “ejército europeo” o, al menos, avanzar en la autonomía estratégica del bloque desde un punto de vista militar.
Para la directora del Centro de Estudios Europeos UdeC, se refuerza la importancia de las elecciones europeas de mitad de año, cambiando el discurso de las candidaturas desde los mensajes asociados al cambio climático en la última elección, de 2019, a uno centrado en seguridad, “ante la amenaza y el riesgo real de tener un presidente de los Estados Unidos que no quiera cumplir con el tratado de la Otan”.
La académica agrega que el posible retorno de Trump a la Casa Blanca solo genera una mayor inestabilidad a nivel de relaciones internacionales, considerando la lucha de poder entre Estados Unidos y China, lo que significa el ataque ruso a Ucrania y la situación de Israel en la Franja de Gaza y Cisjordania, en medio de una carrera armamentista que no se observaba desde la Guerra Fría.
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