Sin mayores sorpresas, el Consejo Constitucional (CS) ratificó, con el apoyo de las bancadas de Chile Vamos y el Partido Republicano, la propuesta de Carta Magna elaborada conjuntamente por la totalidad de sus integrantes y los miembros de la Comisión Experta. Así, el futuro del texto, que aún suscita profundas diferencias entre las fuerzas políticas del país, quedará en manos de la ciudadanía y su decisión en el plebiscito de salida del próximo 17 de diciembre.
La sesión plenaria N°36, la última de este segundo intento constitucional, comenzó a eso de las 11:00 horas de este lunes, con la fundamentación de los sufragios por parte de los consejeros y miembros de la Comisión Experta.
La oposición
Desde el Partido Republicano, el consejero y delegado de la colectividad, Luis Silva, aseguró que este 17 de diciembre el país decidirá, en primer lugar, entre la seguridad planteada por la propuesta en cuanto a cuáles serán «las reglas con las que se gobernará Chile» y la «incertidumbre» que, en su opinión, podría suscitar el triunfo de la opción «en contra».
En segundo lugar, Silva apuntó que se deliberará entre la posibilidad de contar o no con una Constitución «mejor» que la actual y que busca hacerse cargo de los desafíos más actuales del país, a través de la institución de un Estado con mayores capacidades para hacer frente a la delincuencia, la corrupción, la inmigración, al terrorismo y al «empantanamiento de la política».
En tanto, el delegado de la UDI en la instancia, Arturo Phillips, enfatizó en que la propuesta no solo responde a la historia, tradición y cultura chilena, sino que además consagra «la mayor cantidad de derechos sociales» en la historia constitucional. Por ello, el consejero criticó a quienes anunciaron sus votos en contra, sobre todo, por su resistencia al imperio de «la estabilidad», «la paz» y «la ley».
De ser aprobado el texto, Phillips además comprometió su apoyo a las eventuales propuestas de reforma que busquen «mejorar el trabajo» efectuado por el Consejo.
El oficialismo
Desde el bloque de Unidad Para Chile, en tanto, el consejero Alejandro Kohler (PS) remarcó que a pesar de la disposición manifestada por las bancadas de izquierda por «encontrar acuerdos» e interpretar la diversidad del país, la oposición propuso «un texto dogmático, excluyente y polarizante» que podría poner «en riesgo la estabilidad social de nuestra patria».
Por su parte, la representante por la 10ª circunscripción de la región del Biobío, Paloma Zúñiga (RD), lamentó que en este segundo intento haya existido «una suerte de revancha o venganza por el proceso anterior» y una limitación «de los derechos de las mujeres», sobre todo, en temáticas como el aborto en tres casuales y el acceso a la salud y la participación política.
Por lo mismo, llamó a sus congéneres a «leer con atención la letra chica» y a «mirar con desconfianza los eslóganes populistas» que, aseguró, serán difundidos desde ahora por sus contendores.
Finalmente, la consejera María Pardo (CS) llamó a la ciudadanía a comparar por sus propios medios entre «lo que se prometió por parte de las derechas» al inicio del proceso y aquello «que realmente quedó en el texto».
Lo anterior, ya que, a su juicio, la Carta Magna elaborada es «mezquina» y representativa de las ideas de un solo sector; injusta, al «perpetuar» los sistemas «agotados» de salud y pensiones; e incluso, amenazante, tanto para el presente como para el futuro del país.
Con todo, la votación tuvo lugar a eso de las 19:25 horas y se dirimió en beneficio de la propuesta constitucional, por 33 votos a favor y 17 en contra, por lo que será entregada al presidente Gabriel Boric el próximo 7 de noviembre para su difusión, en la ceremonia de cierre del Consejo.
La aprobación o el rechazo definitivo de este nuevo texto recaerá nuevamente en la ciudadanía, que someterá a plebiscito sus contenidos el próximo 17 de diciembre.