La crisis provocada por el coronavirus ha afectado transversalmente a todo tipo de actividades, tanto productivas como sociales y culturales.
En el ámbito laboral, distintas empresas y organizaciones han optado por formatos de trabajo remoto, buscando implementar plataformas tecnológicas que permitan continuar a distancia con las labores tradicionales.
Sin embargo, muchas empresas han debido reducir sus procesos productivos ante la caída en la demanda de productos y servicios, por lo que el Gobierno ha impulsado ayudas económicas para empresarios, emprendedores y trabajadores.
En el ámbito cultural la situación es compleja, sobre todo para artistas independientes y aquellos que contaban con fondos públicos, asignados previo a la llegada de la pandemia. La suspensión, cancelación y aplazamiento de presentaciones, giras y lanzamientos, además de situaciones contractuales informales o a través de boletas de honorarios, han dificultado la relación de los artistas y gestores culturales con el público y con el Estado.
Mesa Gremial de las Artes del Biobío
En nuestra región se creó la Mesa Gremial de las Artes del Biobío, la que congrega a diferentes representantes de las artes locales, tanto del teatro, la música, fotografía, artes visuales, literatura, danza, el diseño, artes circenses y de títeres.
Una de las primeras acciones de la Mesa, en conjunto con la Seremi de las Artes, la Cultura y el Patrimonio, fue buscar la redistribución de presupuestos, tanto del Ministerio como del Fndr, lo que originó un ciclo de cápsulas audiovisuales llamado “Hasta encontrarnos”, iniciativa que no habría sido posible sin la presión del Gremio de las Artes del Biobío y que no contó con la participación del Gobierno Regional.
La seremi de las Culturas, Carolina Tapia, valoró esta iniciativa destacando que se busca fomentar la creación local, dar a conocer a los artistas y cultures de la región, además de generar nuevos públicos virtuales.
Ximena Peña Lagos, en representación del Sindicato de trabajadoras y trabajadores de la danza en Biobío, señaló que “desafortunadamente, en términos económicos, es una solución temporal, pues se paga por un trabajo puntual”, lo que no responde completamente a la situación de precariedad.
Eso sí, destaca Peña, esta instancia dio cuenta del trabajo colaborativo de trabajadoras y trabajadores.
La seremi, en tanto, precisó que además del programa “Hasta encontrarnos”, se han impulsado otras, como “Activa corredor Biobío”, vinculada con espacios culturales de la región, y “Documenta Biobío, relatos con identidad”, una serie de microdocumentales que mostrará a artistas de todas las comunas.
A nivel social, una de las peticiones de la instancia fue coordinar, a través de la Seremi de las Culturas y el Gobierno Regional, canastas familiares para ayudar a los trabajadores y artistas más afectados. La primera remesa llegó en mayo, con 50 cajas para un universo de 130 personas y en junio llegó una segunda, gestionada por la Seremi y privados, sumando 40 cajas adicionales.
Ximena Peña señala además que la respuesta, tanto del Gobierno como de otros organismos, es insuficiente considerando que la situación laboral de las y los trabajadores de las artes, la cultura y el patrimonio ya era precaria antes de la crisis sanitaria.
Peña agrega que, si bien se han creado estos programas, no ha habido una inyección de recursos ni desde el Gobierno Regional ni desde el ministerio, solo una reasignación del presupuesto previamente establecido y a petición de la propia instancia.
A nivel de municipios, detalla, la situación es aún más difícil, pues el bajo presupuesto destinado a cultura, en su mayoría, ha sido destinado a ayudas sociales que no involucran a los propios artistas o gestores culturales.
Centros Culturales
La situación también se evidencia desde los centros culturales. Balmaceda Arte Joven y Artistas del Acero, entre muchos otros, han debido adaptar sus programas y carteleras a nuevos formatos y públicos. También, lógicamente, la forma de trabajar y vincularse con los artistas ha cambiado.
Pablo Gaete, director de Balmaceda Arte Joven Biobío, detalla que desde la organización se han hecho esfuerzos por generar programas que impliquen empleabilidad en la región, principalmente talleres virtuales.
Asimismo, señala que toda esta crisis ha dejado en evidencia la precariedad laboral que siempre ha existido en esta área.
Para Arnoldo Weber, gerente de Artistas del Acero, la sensación es la misma. De hecho, sostiene que el principal desafío del sector es la sostenibilidad económica, lo que se ha vuelto complejo, además, porque muchos artistas se financian a través de fondos públicos, los que exigen informes de avance y cumplimiento de metas u objetivos.
De acuerdo a lo que indicó Weber, en este proceso de adaptación, de lo presencial a lo virtual, “no ha habido mucha flexibilidad para el no cumplimiento de algunas metas”.
En cuanto al trabajo de este tipo de organizaciones, la mayoría ha orientado sus actividades a las plataformas digitales y las redes sociales, lo que ha redundado en que artistas, gestores culturales, colectivos y talleristas también modifiquen sus proyectos.
En muchos casos, detalla Weber, esta estrategia ha sido exitosa “porque se han alcanzado distintos y nuevos públicos, además de que los artistas también han ido diversificando sus propuestas”.
Para Balmaceda Arte Joven la oferta de talleres ha llegado, incluso, a regiones donde la organización no tiene presencia física.
Lo anterior da cuenta de una las ventajas del trabajo remoto, complementa Pablo Gaete, agregando que se sigue haciendo lo posible para que este tipo de comunicación, tanto entre los centros culturales con los artistas, como con los distintos públicos, sea cada vez menos fría, aunque nunca reemplazará a los encuentros presenciales.
En este mismo sentido, la seremi Carolina Tapia, valoró la articulación entre los organismos públicos, centros culturales, públicos o privados, y los propios artistas.
Ximena Peña valora en tanto la influencia de la Mesa en la modificación del plan de trabajo de la institución. “Con dineros públicos, se van a levantar discursos disidentes y críticos, un gran logro”, manifestó.
Desafíos culturales
Finalmente, en cuanto a los desafíos que ha impuesto la crisis, tanto el gerente de Artistas del Acero como la seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio priorizan una reinvención del sector, adaptando sus propuestas a los nuevos formatos y la forma de llegar a nuevos públicos.
“Es una oportunidad para poder mirar cómo hemos estado acercando la cultura y las artes a las personas” indicó la Seremi Tapia.
“La búsqueda de asociatividad” para enfrentar en conjunto estos desafíos ya es un desafío en sí mismo agrega Weber.
Ximena Peña, en tanto, va más allá de las plataformas y el público, poniendo énfasis en un proyecto cultural interinstitucional, que involucre al Gobierno Regional, al Core, a los centros culturales, a los encargados culturales de cada comuna, a fin instalar una mesa de trabajo amplia, donde los artistas también estén presentes.
Asimismo, han solicitado la creación de una Comisión de Arte, Cultura y Patrimonio en el Consejo Regional, pues al no estar consignada legalmente tampoco cuentan con una asignación presupuestaria directa, y la creación de un registro nacional de trabajadoras y trabajadores culturales.
Es interesante que las trabajadoras y trabajadores culturales comprendan que los presupuestos estatales forman parte de su carga impositiva, “por lo que es nuestro derecho acceder a esos recursos” plantea Peña y detalla que también “es un derecho de la ciudadanía acceder a los beneficios que esos financiamientos puedan traer”.
Por último, reflexiona Ximena Peña, también se busca que, dentro del proceso constituyente, el acceso a la cultura, el arte y el patrimonio sea considerado un derecho universal, y que este derecho beneficie a organizaciones, artistas y espectadores.
Revisa aquí las cápsulas microdocumentales «Hasta Encontrarnos».