“Crear para no olvidar” se denomina el programa financiado por el Gobierno Regional del Biobío (GORE) y ejecutado por la corporación Artistas del Acero, cuyo objetivo es conmemorar los 50 años del quiebre institucional ocurrido en nuestro país. Y, dentro de sus actividades, contempla la creación de 22 murales, en igual número de comuna de la Región del Biobío. Es por ello que representantes de ambas entidades, así como de la municipalidad de Tomé, se reunieron en el frontis del Hospital de la comuna para conocer uno de esos trabajos, denominado “Memoria y Resilencia”, a cargo del artista Freddy Agurto.
En la oportunidad, Luciano Parra, jefe de la División de Desarrollo Social y Humano del Gore Biobío, comentó que “esta iniciativa, que es parte de un trabajo con Artista del Acero, viene a poner en valor el acercamiento de un pasado que no podemos olvidar, pero con el cual tenemos que construir hacia el futuro”.
Sobre el programa “Crear para no olvidar”, Arnoldo Weber, gerente de la Corporación de Artistas del Acero, explicó que era una forma de conmemorar los 50 años del quiebre de la democracia, tras el Golpe de Estado de 1973, y una parte del programa “es la construcción de 22 murales, en 22 comunas de la Región”.
Weber agregó que la mayoría están terminados o están por terminar. “La participación de los muralistas fue muy prolífica, pues llegaron 75 proyectos de murales y la recepción en las comunas también ha sido muy abierta”.
Cabe señalar que, además de Tomé, se están levantando murales en Arauco, Cañete, Contulmo, Lebu, Los Álamos, Tirúa, Alto Biobío, Antuco, Cabrero, Los Ángeles, Nacimiento, Negrete, Quilleco, Tucapel, Chiguayante, Florida, Hualpén, Hualqui, Penco, San Pedro de Paz y Santa Juana.
Este lunes 25 de septiembre, en tanto, se proyectará un mapping sobre la infraestructura del edificio del GORE y contendrá imágenes recabadas en la construcción de los 22 murales.
La obra tomecina
Sobre la obra desplegada en el frontis del hospital de Tome, su autor explicó que “trata de rescatar la historia tomecina y el hecho que estemos enfrentados con la Isla Quiriquina. Habla del día del inicio del Golpe, hasta una transición y, podría decirse, una proyección futura que todavía arrastramos”.
Agurto agregó que en el mural siempre está presente un grupo de espinos, que reflejan las heridas que, incluso, cargamos en la actualidad. En la imagen, se aprecian símbolos como los anteojos de Salvador Allende, cascos militares y víctimas de la dictadura que fueron arrojadas al mar. “Estamos en una calle muy concurrida (la intersección de Buenos Aires con Egaña) y si uno va a Dichato o Tomé Alto tiene que pasar por aquí. Por lo menos, que la memoria se anime, cada vez que uno pasa por acá”, sostuvo.
Darwin Rodríguez, encargado del centro cultural de Tomé, contó que “aquí estuvo la comisaría, la cárcel y las caballerizas donde se torturó gente y se dejó gente a punto de fallecer… queremos hacerlo, no con un sentido de odiosidad, sino por el contrario, aprender de ese mal ejemplo para no cometerlo de nuevo”.
Finalmente, Aníbal Cea, director (s) del Hospital de Tomé, agregó que “no es casual” que el mural se esté trabajando en el establecimiento asistencial. “Actualmente en el hospital somos los encargados de llevar a cabo el programa PRAIS, iniciativa gubernamental de atención integral a personas que han sido víctimas de violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura”.
Cabe señalar que el lugar se ha transformado también en un sitio de memoria, por lo que también existe un mosaico en su ingreso y una plaza de reflexión.