Una declaración propia por los «50 años del quiebre de la democracia» fue firmada durante la mañana de este miércoles por los partidos de Chile Vamos, los que desde ya anunciaron que no asistirán al acto oficial del próximo 11 de septiembre en el Palacio de La Moneda. La proclama fue calificada como «buena, útil y necesaria» por figuras como el expresidente Sebastián Piñera, mientras que el oficialismo criticó la relativización del golpe de Estado.
El texto fue presentado por los timoneles de Renovación Nacional (RN), la Unión Demócrata Independiente (UDI) y Evolución Política (Evópoli), quienes conjuntamente propusieron un contrapunto al «Compromiso de Santiago» impulsado por el presidente de la República, Gabriel Boric, en el marco de la inminente conmemoración.
Específicamente, la declaratoria plantea que el 11 de septiembre de 1973 «marcó la culminación de una profunda fractura social y política (…) cuya huella pesa hasta hoy en nuestras relaciones y confianzas». Ante ese escenario, los partidos invitaron, en la voz del secretario general de Evópoli, Juan Carlos González, a «tomar conciencia de los aprendizajes y errores cometidos por todos los sectores» en el pasado y a alcanzar «acuerdos básicos para el fortalecimiento de la democracia».
Compromisos y emplazamientos
La misiva plantea siete puntos prioritarios, en los que Chile Vamos renueva sus compromisos con la democracia y con el uso de los mecanismos institucionales como medio para resolver las diferencias; con la Constitución, las leyes y el Estado de Derecho; con el respeto y la protección de los derechos humanos «en toda circunstancia y oportunidad»; y con la paz y la convivencia, lo que implica condenar todo «llamado que se valga de la violencia o el terrorismo».
Junto con lo anterior, los partidos aseguran que promoverán la «dignidad humana en todas sus formas, como fuente de libertades y de garantías sociales»; la libertad de pensamiento y expresión; y la seguridad del país y su población, a través del fortalecimiento de «la tarea de protección».
Dentro de esa reflexión, la coalición opositora llamó a «trabajar unidos» por el futuro, a respetar «las diferencias e historias propias» y a no «pretender imponer verdades únicas». Con lo resaltado, el conglomerado emplazó al Gobierno y, específicamente, al presidente de la República, a impulsar desde ahora «un mensaje convocante» que se aleje del «odio» y el «resentimiento» y, en definitiva, que vele por el desarrollo de un 11 de septiembre pacífico y seguro.
A ello se refirió la presidenta de Evópoli, Gloria Hutt.
Por su parte, el timonel de la UDI, Javier Macaya, apuntó que con la declaración se busca «convocar al país», generar un aporte «a la unidad más que a la división» y, además, «aprender de (aquellos) errores que no se pueden volver a cometer».
En esa línea, el senador adelantó que su coalición no participará en el acto oficial que se realizará este 11 de septiembre en La Moneda, para así desmarcarse del «clima de confrontación y odiosidad» que, a su parecer, ha promovido el Gobierno.
En tanto, el presidente de RN, Francisco Chahuán, aseguró que dependerá exclusivamente del presidente de la República el que esta conmemoración de los 50 años del golpe de Estado sea «pacífica» o «violenta».
Reacciones
Las palabras de Chile Vamos fueron revindicadas por el expresidente, Sebastián Piñera, quien a través de su cuenta de X calificó la declaración como «buena, útil y necesaria», en tanto que ratifica compromisos básicos y reitera la condena «a todo tipo de violencia en la acción política».
Asimismo, el exmandatario enfatizó en que el país no tiene «derecho a heredar (…) las mismas divisiones y odios del pasado», sino que, por el contrario, debe «aprender de (la) historia e iluminar los caminos del futuro».
Cabe destacar que los diputados oficialistas se dieron cita en el Congreso Nacional para responder a la declaratoria y, al mismo tiempo, para criticar el que Chile Vamos haya evadido hablar de que en el país hubo un «golpe de Estado».
Por ejemplo, Tomás Hirsch (AH) lamentó que con el escrito se haya «relativizado el horror» vivido a partir del 11 de septiembre, en tanto que se desconocería que las violaciones a los derechos humanos empezaron «en el mismo minuto en que comenzó el bombardeo a La Moneda y el asesinato de quienes estaban en su interior».
En ese sentido, el parlamentario de Acción Humanista apuntó que «quien no condena» el golpe de Estado podría justificar mañana una nueva «acción de ese tipo».