Por Claudia Mora Méndez, Rectora Instituto Profesional Virginio Gómez
Una vez más destacamos la importancia en nuestro país de la Educación Técnico Profesional. Desde la instauración de este día, hace 81 años, se han logrado importantes avances, pero aún parece necesario potenciar sus cualidades en el actual escenario de desarrollo educativo, aunque ya es innegable su gran aporte al progreso económico y social.
En los últimos años se ha reforzado la educación técnico profesional con la implementación de un sistema de acceso centralizado a la educación superior técnica o la puesta en marcha del Marco de Cualificaciones Técnico Profesional (MCTP), que buscan disminuir brechas existentes en la educación superior. A esto se suma la nueva política pública “Innova TP”, presentada por la Subsecretaría de Educación Superior, que busca transformar la educación TP en una herramienta para el desarrollo humano sostenible, mediante el robustecimiento de su participación en ecosistemas innovadores regionales.
Esto abre una oportunidad para realzar la importancia estratégica que tiene la educación técnico profesional en el ecosistema de desarrollo económico del país, no sólo por ser una ventana en donde se pueda aportar con soluciones innovadoras que potencien el crecimiento de las regiones y mejore la calidad de vida de las personas, sino, por permitir y facilitar más oportunidades de acceso a la educación superior.
Así queda demostrado al revisar las cifras de matrícula de primer año en la educación superior donde, de acuerdo a los datos entregados por el Servicio de Información de Educación Superior, SIES, 2022, un 58% corresponde a la formación técnico profesional, completando esta ecuación el déficit de técnicos profesionales que registra el país.
Cabe preguntarnos ¿qué es lo que falta para comprender la magnitud de su importancia? Quizás, alzar las voces para comunicar el amplio trabajo desplegado por las instituciones que la imparten para asegurar la calidad formativa técnico profesional; o destacar los altos niveles de especialización y la rigurosidad en el desempeño de quienes son el sostén de la empresas y organizaciones que levantan a las regiones y al país, entregando respuesta a las necesidades del entorno socio productivo.
Esta nueva oportunidad que se abre con la propuesta de la Subsecretaría es acorde a la que como Instituto Profesional planteamos, pues sabemos que debemos mantener y acrecentar el compromiso irrestricto con la calidad en la formación académica que entregamos y abogar para que se continúen implementando las políticas de Estado que vayan en pos de su crecimiento y vinculación con el mundo productivo y de servicios, tanto público como privado.
Como entidad de educación superior sabemos que las necesidades de desarrollo se están transformando, colocando en el centro no sólo la innovación social, sino también la sustentabilidad, la equidad, el medioambiente y la formación a lo largo de la vida y estamos comprometidos, a través de nuestro plan estratégico, a dar respuesta a esos cambios a través de la excelencia en la formación.
Hay camino por recorrer para que nuestro país alcance su potencial de desarrollo, pero no olvidemos que una gran parte de esos cimientos están en la formación técnico profesional.