Con un concierto de gran dificultad técnica y haciendo gala de la experiencia y disciplina que mantiene por casi siete décadas, el Coro de la Universidad de Concepción celebra sus 69 años de vida este viernes y sábado en el teatro UdeC.
Carmina Burana, la obra magna del compositor alemán Carl Orff, estrenada en 1937, es la pieza escogida para ser interpretada por 100 voces sobre el escenario, compuestas por el Coro UdeC, además de jóvenes del Coro Santa Luisa y el coro “Voces Blancas” del colegio Manquimávida, acompañados por la soprano Tabita Ester Martínez, el barítono Sebastián Sorarrain, y el contratenor Moisés Mendoza.
Dos pianos a cargo del Dúo Mistral, con Pamela Zamora y Karina Glasinovich darán cuerpo a la muy conocida “Oh Fortuna”, probablemente el poema goliardo más conocido de esta obra musical.
La Orquesta de la Universidad de Concepción estará bajo la dirección del maestro César Bustamante, actual regente de la recientemente formada Academia Coral del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón de Buenos Aires.
Los inicios
La historia comenzó con Heles Contreras, quien reunió a un grupo de estudiantes de Pedagogía en Inglés, el 23 de agosto de 1954, para presentar un número especial en la Semana Pedagógica.
En 1958 también en calidad de estreno en Chile se interpreta el oratorio “La Redención” de Charles Gounod. Finalmente, bajo la dirección de Wilfried Junge, se une a la Orquesta Sinfónica en un concierto con obras de Purcel y Mozart.
Al respecto, Eduardo Díaz, y actual director del Coro destaca el valor del trabajo de los integrantes de la agrupación, quienes ensayan varias veces por semana con rigor profesional.
“Durante 69 años el coro ha sido parte de la identidad de la Región del Biobío; aquí también ensayaron voces que decidieron dar un salto a carreras internacionales, como Leonardo Navarro, Anya Pinto, Rodrigo Navarrete y Christian Senn, que hoy están en los escenarios del mundo”, afirma el también director de Corcudec.
“Con mucha humildad he tomado la posta de quienes, hace 69 años comenzaron a escribir la historia del coro. En este tramo del camino he encontrado a profesionales que se desempeñan en áreas diferentes a la música y, que sin embargo, reconocen en ella una fuente de disciplina y desarrollo pero, más que todo, una fuente inagotable de felicidad y paz para el espíritu”, enfatiza el Díaz.