Luego del fallecimiento de un adolescente de 17 años en Hualqui tras el consumo de hongos silvestres, la directiva nacional del Colegio Médico (Colmed) hizo un llamado a no recolectar ni ingerir este tipo de organismos, dada la escasa tradición que nuestro país posee al respecto. Desde la academia, en tanto, el experto en setas, Dr. Götz Palfner, destacó que aunque las especies mortales presentes en nuestro país son solo dos, las características de nuestro paisaje podrían inducir a errores de identificación y otras situaciones de riesgo.
El trágico deceso fue dado a conocer durante este domingo, varios días después de que el paciente, un alumno del liceo San Juan Bautista de Hualqui; ingiriera junto con su familia algunos ejemplares de la especie Amanita Phalloides, los que habrían sido recolectados en el sector Las Calles de la comuna. Lo anterior habría desencadenado una falla hepática fulminante en el menor, provocada por las amatoxinas y phallotoxinas presentes en el fúngico.
Consultado por el hecho, el académico del Departamento de Botánica de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas UdeC, Dr. Götz Palfner, aseguró que si bien se trata de una situación lamentable, esta pudo ser evitada en consideración de la abundante bibliografía disponible, que detalla la amplia variedad de especies comestibles que pueden ser halladas en nuestra zona.
Ello contrasta con la escasa variedad de hongos mortales para el humano, que en nuestro país son representados por la ya mencionada Amanita Phalloides y su compañera de género, la Amanita Gemmata en su variedad tóxica.
Abstenerse ante la duda
Específicamente, los hongos venenosos están primordialmente asociados a las plantaciones forestales de pino y a otros árboles con alta presencia en los campos, como es el castaño o el encino; mientras que las especies comestibles están más bien afiliadas a las extensiones de bosque nativo.
Sin embargo, la escasa distancia que estos dos tipos de bosque poseen en nuestra región podría provocar que las especies tradicionales y comestibles «crezcan en el mismo lugar o muy cerca» de las setas tóxicas e introducidas, lo que podría inducir a errores de identificación. Por ello, la recomendación del académico frente a las dudas es a siempre «abstenerse».
Reglas básicas
A pesar de la reciente tragedia y de los llamados de organismos, existe una gran cantidad de personas que por tradición o costumbre continuará ejerciendo la recolección de setas silvestres. Aunque lo anterior constituye para el Dr. Palfner una forma de mantener «la conexión con la naturaleza», dicho ejercicio debe considerar varias «reglas básicas» de seguridad.
Primeramente, es relevante adquirir los conocimientos necesarios para distinguir, de manera certera, las diferentes especies comestibles y venenosas, para lo que existen diferentes recursos y guías de fácil acceso. A ello, el investigador agregó «nunca depender del criterio de otros» , lo que conlleva evitar consumir ejemplares que hayan sido recolectados por terceros.
Finalmente, el Dr. Palfner enfatizó en que se debe tener en consideración que las dos especies tóxicas del género Amanita afectan con mayor severidad a los individuos con daño hepático previo y, sobre todo, a niños y personas de la tercera edad. Por ello, resulta clave visitar a un especialista ante sospechas o frente a los primeros síntomas derivados del consumo de setas venenosas, como son la aparición de nauseas, dolor abdominal, vómitos o diarrea profusa dentro de las 12 a 36 horas iniciales.