¿En qué condiciones viven las familias venezolanas en la Región del Biobío? ¿En qué trabajan los jefes y jefas de hogar? ¿Dónde estudian niñas, niños y adolescentes? ¿A cuáles servicios tienen acceso? Estas son algunas de las preguntas que busca responder el informe DTM (Matriz de Seguimiento de Desplazamiento, por sus siglas en inglés) realizado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) con el apoyo del Servicio Nacional de Migraciones, el Gobierno Regional y los municipios de Talcahuano y Concepción.
Para 2021 se estimaba que en Chile residían 1.482.390 personas extranjeras y de esta cifra, se proyecta que la población venezolana corresponde aproximadamente al 30% del total.
Un 3,9% de las personas migrantes venezolanas se encuentran viviendo en la Región del Biobío, siendo la tercera región del país con mayor concentración de población venezolana. A partir de los permisos de residencia otorgados, desde el Servicio Nacional de Migraciones se señala que, en Biobío, la población migrante reportada es, aproximadamente, de 35 mil personas. De éstas, un 49,1% corresponden a venezolanos y venezolanas, concentrándose principalmente en la comuna de Concepción.
En entrevista con Nuestra Pauta, Víctor Flores, coordinador territorial de la OIM en Chile, entregó detalles acerca de este informe inédito, aplicado entre noviembre y diciembre del 2022 a través de una encuesta dirigida a 290 hogares (un total de 1.326 personas) con al menos un o una estudiante de nacionalidad venezolana inserto en un establecimiento educativo de las ciudades de Talcahuano y Concepción.
Flores destacó la importancia de contar con «información de distintas dimensiones de la vida de las personas». Por ejemplo, que se trata en su mayoría (69%) de hogares extendidos, entre 4 a 6 personas, con una alta presencia de menores de 18 años.
En materia de vivienda, resaltó que prácticamente el total de los encuestados habita en una casa independiente (43,1%) o en un departamento (41%), en su mayoría arrendado (95,5%), desestimando en esta zona una correlación entre migración y asentamientos irregulares.
Residir en un «barrio consolidado», agregó el representante de la OIM, garantiza el acceso regular a servicios básicos como agua, electricidad o internet.
Inclusión efectiva
La incorporación al mundo del trabajo y la vinculación con los dispositivos de salud y educación son claves para la integración de las personas migrantes en el contexto comunitario. Víctor Flores profundizó en los resultados del informe DTM en estas materias, destacando que «son movilizadores muy potentes para la inclusión efectiva y a su vez, permite que las personas desplieguen sus capacidades para contribuir al desarrollo local».
Estos aspectos son especialmente relevantes en un contexto en que se masifican narrativas anti migrantes y discursos de odio. Por ejemplo, un 41% de los encuestados asegura haber sufrido episodios de discriminación.
Si bien el estado tiene el legítimo derecho de controlar el ingreso, permanencia y egreso de personas extranjeras en el país, el desafío, puntualizó Flores, es desarrollar políticas públicas «para que aquellas personas que cumpliendo la normativa nacional y buscando cumplir un proyecto migratorio puedan desplegar sus capacidades, incorporarse en la sociedad y de esa manera cumplir sus propias expectativas, pero también beneficiar a la comunidad que los acoge».
Reiteró el aporte de las comunidades migrantes al desarrollo de la región y destacó que el 96% de las familias encuestadas manifiesta su intención de continuar viviendo en Biobío. Los beneficios de esta migración, agregó, «pueden fortalecerse a través de políticas locales pertinentes».
Flores concluyó señalando que «estos datos pueden ser importantes y buscamos contribuir al desarrollo de esas políticas», en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
El informe completo se encuentra disponible en el siguiente enlace
Revisa aquí la entrevista completa: