Cheniao es una de las ocho islas que pertenecen a la comuna de Quemchi, Chiloé. Sus habitantes nunca han tenido un sistema público ni privado de provisión de agua potable. Por lo mismo, el consumo humano de agua para la isla se ha abastecido desde tres fuentes naturales interconectadas: aguas lluvia, aguas subterráneas y vertientes naturales. Con la sequía, estas fuentes han disminuido ostensiblemente en los meses estivales, particularmente entre noviembre y marzo.
Para enfrentar el problema de abastecimiento, el municipio recurre a camiones aljibes para llegar con agua potable a la comunidad, sumado al transporte en barcaza, lo que implica un alto costo para dar cumplimiento al derecho humano al agua.
Con el fin de buscar una solución a este problema, la Universidad de Concepción y la Municipalidad de Quemchi firmaron un convenio de colaboración para postular al Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC), el que finalmente el Gobierno Regional de Los Lagos asignó $100 millones, para evaluar la factibilidad técnica y social de instalar una planta desalinizadora empleando nanofiltración y con suministro de energía fotovoltaica, que permita producir agua potable de calidad para, en una primera etapa, cubrir las necesidades de 15 viviendas, con la perspectiva de ampliar la cobertura a otras 15.
En este proyecto trabajaron tres académicos de la UdeC: Rodrigo Bórquez, ingeniero civil químico de la Facultad de Ingeniería; Amaya Álvez, abogada de la Facultad de Cs. Sociales y Jurídicas; y Robinson Torres, sociólogo de la Facultad de Cs. Sociales.
«La planta desaladora la construimos dentro de la Universidad de Concepción usando la tecnología nanofiltración patentado en nuestra Universidad (registro INAPI 52.855). Esta es una operación que utiliza un sistema de pretratamiento para primero, tratar el agua de mar y eliminar material suspendido. Posteriormente, el agua que resulta después de ese procesamiento ingresa en el caso nuestro, a membranas de nanofiltración que separan las sales. Una vez separada, se obtienen 2 corrientes; una que se denomina rechazo y otra que es agua potable para consumo humano», indicó Bórquez.
Finalmente, luego de dos años de trabajo entre la UdeC, el Gobierno Regional de Los Lagos, la Municipalidad de Quemchi y la comunidad, el pasado 14 de diciembre se inauguró oficialmente esta planta desalinizadora junto a la comunidad y autoridades regionales.
El profesor Bórquez se refirió a la posibilidad de que estas familias cuenten con agua potable. «La gente probó el agua y le encantó. Dejamos una importante producción que se distribuyó entre las familias, además entrenamos a una persona que es capaz de hacer funcionar la planta. La comunidad quedó fascinada, nunca pensaron que a través del agua de mar podrían obtener agua potable y de excelente calidad», detalló.
El desafío actual tiene relación con la propia comunidad y la gestión a través de un Comité de Agua Potable Rural, que se rige por la Ley 20.998 de Servicios Sanitarios Rurales, con el objetivo que esta planta desalinizadora pueda continuar abasteciendo de agua potable la comunidad.